Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
CIUDAD DE MÉXICO.- Durante el Foro “20 años de FIL: Democracia y Libertad”, que se desarrolló en Madrid, el expresidente de México, Ernesto Zedillo explicó que en América Latina suceden tres principales características con gobiernos actuales que están surgiendo como “populistas clásicos”.
En su intervención, hizo referencia que se ha visto un repudio a las reformas y a la situación insatisfactoria, pero una de los que “quizás es lo más preocupante” es recuperar “recetas del pasado”.
“Actitudes, políticas e incluso ideologías que son parte del fracaso del pasado de América Latina y eso es terrible, de alguna manera creo que han leído mal el libro de Montaner y de Álvaro, Mendoza”, especificó.
Se refirió a que los gobiernos del día de hoy han recuperado, de manera negativa, “el manual del perfecto populista latinoamericano”, donde “nos está lacerando y constituye la mayor amenaza para nuestros países la regresión democrática que estamos viviendo”.
“Lo que estamos viendo son muchos gobiernos donde los liderazgos han surgido como los populismos clásicos, prometiendo que el maná caerá del cielo, fórmulas mágicas para ver nuestros problemas y culpar siempre a los otros”.
Esos “otros”, explica Zedillo, son personas o cosas del pasado, a lo mejor extranjeros, gente del otro lado del océano, pero “nunca se reconoce la responsabilidad propia para enfrentar y resolver esos problemas”.
Así es como desarrolló el populismo, siendo que puede acceder al poder con una demagogia, aunque el poder con el que ganaron fue gracias “a la democracia que otros construyeron”.
“Toman el poder con la democracia y la primera tarea es empezar a erosionar, destruir la democracia que con tanto trabajo se había venido construyendo en América Latina”, explicó.
De igual forma hizo referencia a que el empezar a ver esta transición en el populismo es en empezar a acallar a los críticos, debilitando la opinión del cual esté en contra de su ideología y así llegar a la censura.
Por lo cual llegan a debilitar a “los otros poderes del estado, que fueron creados, ciertamente, para dar equilibrio, crear pesos y contrapesos, que no se den abusivas conductas desde los poderes ejecutivos”.
Esta idea representa una muestra de cómo es que muchos países que tienen este pensamiento lo ejecutan a través del “manual mal leído de Vargas Llosa y Montaner”, donde “lo importante es debilitar la democracia para que muy pronto puedan tener el poder y la autoridad de los déspotas”.
Además, mencionó que el desarrollo histórico de este proceso siempre conlleva a algo más peligroso, un ciclo que va del “populismo, despotismo, autoritarismo, fascismo y en algunos casos la aspiración de la dictadura. Hay que decirlo con toda claridad”, señaló.
En cuanto al problema con la pandemia, el expresidente afirmó que fue una “verdadera vergüenza” que de los 10 países que peor manejaron el asunto del COVID-19, seis eran latinoamericanos.
“Tristemente estuvimos en esos seis, en buena compañía con EEUU y debo decirlo con algo de pena, España, el Reino Unido e Italia”.
“Este desastre se puede relacionar claramente de la manera de cómo nuestros gobiernos reaccionaron ante esta tragedia”.
El futuro de América latina
De acuerdo con Zedillo, mencionó que una de las cosas que puede pasar es que América Latina tenga una mala reacción ante los problemas que están pasando en el mundo.
Espera que este choque “nos haga reaccionar, incluyendo a los liderazgos populistas que tenemos en América Latina”.
Asimismo, mencionó que esta es la “gran oportunidad de rectificar cómo la pandemia que fue la gran oportunidad para modificar muchas cosas que habían comprometido (y algunos lo dijeron). Esta es una buena oportunidad para decir ´ciudadanos tomemos en serio el problema de desarrollo, de desarrollo democrático económico, social y actuemos con responsabilidad porque la situación en el mundo es muy compleja´”, señaló.
Para evitar todos los problemas de Latinoamérica, Zedillo recomendó atacar tres enfermedades (como él las llamó): una es la debilidad del estado de derecho, la trampa del bajo crecimiento económico y la productividad desigualdad y la pobreza.
“Todos esos problemas son muy difíciles de resolver, pero no imposible. Se requiere una ética de responsabilidad de nuestros liderazgos, partidos políticos y de parte de nuestros ciudadanos”.
Con información de Infobae