¿Quién lo diría?
El cuatroteísmo caribeño cada vez está más cerca de Roberto Borge que de Andrés Manuel López Obrador.
O quizá la 4T en Quintana Roo tenga un capítulo de excepción en el que se vale todo.
Y es que a más de uno sorprendió el albazo para derogar la Ley de Imagen Pública, que se promovió, precisamente, para evitar que no solo edificios gubernamentales y vehículos oficiales sean pintados con los colores partidistas, sino también parques y otros espacios públicos.
Es decir, lo que se trataba era que no se usen inmuebles públicos para propaganda partidista simulada.
Esta ley se derivó de uno de los tantos despropósitos de Roberto Borge, que en su delirio de poder mandó a pintar hasta unidades deportivas y canchas con los colores del PRI, en ese entonces partido en el gobierno.
Por cierto, por este y otros excesos y abusos de poder, el PRI fue echado a patadas del poder en Quintana Roo, pese a que contaba, curiosamente, con fortalezas que ahora presume Morena.
Pero, el cuatroteísmo caribeño optó por derogar esta ley, con lo que los gobiernos de la 4T podrán pintar de guinda y verde todo lo que se les ocurra.
La “iniciativa” vino directamente de la presidente de la Jugocopo, Jissel Castro, con lo que se infiere que se trata de una disposición de “arriba” o de tres cuadras hacia el Mar Caribe.
Aunque, dicho sea de paso, Andrés Manuel López Obrador se las llevaba bien con el ex Gobernador; en sus épocas de dirigente de Morena no tocaba a “Beto” Borge.