Por Jorge González Durán
Texto del periodista Jorge González Durán en la entrega de la medalla “Luis Echeverría” al exgobernador Pedro Joaquín Coldwell
PEDRO JOAQUÍN COLDWEL
Éramos, entonces, más jóvenes. Teníamos más fuerza para desbrozar los caminos sorprendentes de la utopía.
Esa generación de Pedro Joaquín Coldwell, a la que pertenecemos muchos de los que aquí estamos esta noche, tuvo el privilegio de atestiguar y tener un papel protagónico en el nacimiento de Quintana Roo como Estado Libre y Soberano, el 8 de octubre de 1974, hace ya 49 años.
Apenas se publicó el Decreto que elevaba a Quintana Roo a la categoría de Estado, se dieron los pasos para darle viabilidad, es decir, para que diera con firmeza y certidumbre sus primeros pasos.
Se convocó al Congreso Constituyente, y Pedro Joaquín, con apenas 25 años, fue elegido por sus pares como presidente del mismo. Buenas manos acunaron a la entidad que abría los ojos al porvenir. Entre los diputados constituyentes recuerdo con especial afecto a mi amigo Sebastián Estrella Pool, que hoy se encuentra repensando la historia de su pueblo.
Con mi amigo Roberto Coral García, reportero de Novedades de Quintana Roo, escribíamos notas y leves crónicas de las sesiones del Congreso. Allí percibimos la madurez y la apertura con que Pedro conducía las sesiones del Congreso. El fruto fue una Constitución de avanzada.
Elegido Jesús Martínez Ross como primer gobernador del Estado, Pedro Joaquín fue designado secretario general de gobierno. Su labor fue discreta y eficaz. Los actores políticos y los dirigentes sociales de los entonces siete municipios tuvieron en Pedro a un interlocutor serio y amigable.
Oriundo de Cozumel supo vincularse a la sociedad chetumaleña de manera natural, con respeto a la historia personal y a los intereses de cada quien. Cierto día, fui a tomar café con la legendaria Fina Muza, dueña de infinitas historias propias y ajenas, y me dijo “Pedro Joaquín va a llegar a ser gobernador”. -¿Cómo lo sabes? –le pregunté. –Mi corazón de vieja me lo ha dicho –me respondió con un halo de misterio.
Fue natural que llegara a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, donde se vinculó con lo que entonces los sociólogos llamaba la clase política. Don Jesús Reyes Heroles, político de noble estirpe que conjugaba el pensamiento y la acción, le tenía especial estima.
El 5 de abril de 1981 se convirtió en el segundo gobernador del Estado, cumpliéndose la profecía de Fina Muza.
Quintana Roo es un estado grande. Poco más de 50 mil kilómetros cuadrados de territorio y 860 kilómetros de litoral caribeño. . Pero es todavía más grande por su historia, por su patrimonio moral. Por sus islas, Cozumel e Isla Mujeres, inicio la conquista, epopeya y tragedia. Somos desde siempre una entidad de migrantes deseosos de inventarse un pasado a la par que construirse un porvenir.
Aquí los mayas, descendientes de los que construyeron los grandes y sorprendentes centros ceremoniales, que se aferran y recrean su historia y su lenguaje como un patrimonio identitario que nos honra.
Hablar de Pedro Joaquín y de su gestión –la verdadera biografía de una persona son sus actos- es hablar de un tiempo en el que manos de buena voluntad esparcían semillas de esperanza en la vasta y diversa geografía de Quintana Roo.
Recuerdo la cuidadosa y esmerada atención que se le brindó a la Zona Maya. Asistí a la inauguración de la estatua de Jacinto Pat en Tihosuco, y a unos cuantos días de que concluyera su mandato tuve el privilegio de pronunciar el discurso alusivo al rescate del primer oratorio de la Cruz Parlante en Carrillo Puerto, que estaba abandonado en el fondo de un solar. Allí convergieron los tiempos entrecruzados de una tierra que hizo de la resistencia un largo camino hacia la reconquista de la dignidad.
Pedro Joaquín impulsó, promovió y abanderó la creación de la reserva de Sian Kaan, un legado de Quintana Roo al mundo, un fragmento de nuestra luz para iluminar el universo al que pertenecemos, y que debemos proteger y salvaguardar de las ambiciones depredadoras.
Quintana Roo tenía el reto, todavía lo tiene, de la integración a través de la expresión y la conjunción de sus voces plurales. Así fue que se creó el Sistema Quintanarroense de Comunicación Social para enlazar a las regiones del estado con un espíritu democrático y con acento en la cultura como expresión de todas las manifestaciones humanas.
Pedro Joaquín tuvo la visión de fortalecer al turismo como una palanca de desarrollo pero también tuvo en cuenta que había que enfrentar el desafío del precarismo como lastre del crecimiento económico, generalmente insensible a las necesidades sociales.
Pedro siempre expresó esta preocupación en Cancún, en el municipio Benito Juárez, e hizo todas las gestiones posibles en el gobierno federal para que se pusiera en marcha el Programa Nuevos Horizontes. El único que se ha realizado hasta la fecha para buscar una solución a la anárquica expansión de los asentamientos humanos sin servicios ni la infraestructura mínima para una vida decorosa.
En ese tiempo, Cancún tuvo la fortuna de que el gobernador fuera Pedro Joaquín y el presidente municipal Joaquín González Castro. Formaron en ese tiempo una dupla creativa y comprometida no con entelequias sino con la gente de carne y hueso, con nombre y apellido.
Después de ser gobernador, Pedro Joaquín ocupó varios cargos en el gobierno federal. Fue director general de Fonatur, secretario de Turismo, dirigente nacional de su partido, secretario de Energía y también fue senador de la República. Pedro Joaquín, lo escribí hace unos años, es un político decente, que le imprimió a sus actos un sentido de trascendencia.
Al Pedro Joaquín que yo vi de cerca fue al diputado constituyente, al secretario de gobierno y al gobernador. A sus informes de gobierno asistían legisladores federales y dirigentes políticos de izquierda y de derecha. Fue invitado a colaborar editorialmente en el Diario de Yucatán, y tuvo alguna participación en la fundación del diario La Jornada.
Pertenecemos a una generación afortunada. Vimos nacer y participamos de alguna manera en la gestación y el nacimiento de Quintana Roo, como un gozo del corazón, con la alegría en la mirada. Por eso nos sumamos con emoción la Medalla Luis Echeverría que esta noche le otorga TODOS POR CANCÚN que preside nuestro amigo Guillermo del Rosario. Luis Echeverría aupó a Quintana Roo como Estado Libre y Soberano, y fue un puntal fundamental para Cancún. Dos decisiones sin las cuales no seríamos lo que hoy somos.
Entonces éramos más jóvenes, y quizá también más felices.