Por: Francisco J. Rosado May
fjrmay@hotmail.com
Esta semana se está llevando a cabo en Canadá el 5º Congreso Internacional de Agroforestería. Los organizadores son la Universidad Laval de Quebec y el Centro Internacional de Investigación Agroforestal. Están reunidos expertos en el tema y tomadores de decisiones no solo por la parte agroforestal, sino por lo ambiental y político. La agroforestería está llamada a jugar un papel importante en el combate al cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la hambruna y la erosión de suelos, entre otros temas.
¿Por qué ahora los científicos están más interesados en conocimiento indígena? ¿Por qué los Mayas en particular?
Lo que se conoce como “Selva Maya” se encuentra en el área donde nació, floreció y aún es manejada en buena parte, por Mayas. La SM ocupa más de 14 millones de hectáreas ubicadas en la península de Yucatán, Chiapas, Tabasco, Belice, Guatemala y parte de Honduras, Se considera la segunda extensión más grande de vegetación en el continente americano y con buen nivel de conservación.
Hay investigaciones publicadas por uno de los ecólogos mexicanos de talla mundial, el Dr. Arturo Gómez-Pompa, que demuestran que la selva tropical es un recurso no renovable (ver Lecturas Universitarias núm. 26 de la UNAM, 1976) y que su alto nivel de diversidad y conservación se explica porque los Mayas desarrollaron un sistema de manejo altamente sofisticado. Gómez-Pompa fue de los primeros en demostrar que los Mayas “cultivaban” la selva y la consideraban como parte integral de sus sistemas alimentarios. La milpa, el huerto familiar, la meliponicultura, entre otras actividades, se diseñaron para funcionar en concordancia con la selva, no a pesar de la selva. En 1998 Gómez-Pompa presentó evidencia de cómo articular conocimiento pasado, prehispánico, de los Mayas con los retos de conservación de biodiversidad que ya se veía venir desde entonces; lo hizo en una publicación de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (From pre-Hispanic to future conservation alternatives: lessons from Mexico). Años después, en 2008, otro autor mexicano reconocido, Víctor Toledo, y su equipo publicaron en la revista Interciencia un artículo (Uso múltiple y biodiversidad entre los Mayas yucatecos México) que demuestra que los Mayas en Punta Laguna, cerca de Cobá, usaban entre 300 y 500 especies de animales que obtenían de la selva en interacción con sus huertos, milpa y meliponicultura. Ese manejo de sus sistemas explica el desarrollo de la cultura durante siglos.
¿Qué ha cambiado en los últimos años que ha “obligado” a científicos y tomadores de decisión voltear su mirada hacia el conocimiento indígena? ¿Están vigentes esos conocimientos o qué peligros enfrentan? Ambas preguntas han sido abordadas en otros foros, esta semana le toca al de agroforestería discutirlas.
El acelerado cambio climático está rebasando expectativas. Los sistemas de producción de alimentos han cambiado mucho, demasiado. Hoy más del 85% de agricultores mayas descansa en el uso de agroquímicos. Al hacerlo rompe con el equilibrio dinámico que sus antepasados habían establecido entre el diseño y manejo de sus sistemas de producción de alimentos con la selva. La normatividad y políticas agroalimentarias, así como los sistemas educativos que menosprecian el conocimiento tradicional y no se preocupan en recuperarlo e incorporarlo en sus pedagogías, también han contribuido a romper ese equilibrio. El control político de la quema es un ejemplo de ello, ¡especialmente con el cambio climático! La extracción ilegal de madera, de lo cual hay demasiado, y la corrupción que lo permite también han hecho su parte.
Las soluciones tienen que reconocer el conocimiento tradicional indígena y encontrar formas de co-crear conocimiento nuevo, combinando lo indígena con lo que hoy llamamos ciencia. Contamos con la Agroecología, aún no es tarde.
Es cuanto.