Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- El Palacio Municipal de Benito Juárez amaneció con las pintas y actos vandálicos que quedaron tras la marcha que se convocó a través de redes sociales ayer.
Esta sería la cuarta manifestación en la ciudad tras el asesinato de la joven Bianca Alejandrina, mejor conocida como “Alexis”, en donde se sumaron colectivos feministas para exigir justicia por la violencia contra las mujeres y los feminicidios en el estado.
El monumento de Benito Juárez resistió de nueva cuenta los embates de los jóvenes furiosos que alzaron la voz para demandar una mejor procuración de justicia para la ciudadanía.
El suelo de la explanada fue grafiteado, así como muros, paredes y macetas, además de los destrozos en puertas, cristales de las ventanas y un conato de incendio ocasionado en una de las oficinas aledañas al Palacio Municipal.
Ante esta imagen, una mujer mayor de nombre Ana Luisa externó su enojo tras los hechos vandálicos ocurridos tras la manifestación feminista de ayer, que se tornó violento en la explanada del Palacio Municipal de Benito Juárez.
Tras levantar algunos de los objetos que fueron dejados en el monumento al benemérito de las américas Benito Juárez, mostró su indignación por la forma en la que se expresaron por la inconformidad de las y los jóvenes que dañaron patrimonio de la ciudad, que con tanto esfuerzo ha logrado ser lo que hoy es.
Destacó que ninguno de los habitantes hizo algo por defender a la ciudad que les ha albergado a muchos, dándoles trabajo, una tierra donde vivir y el ver crecer a sus hijos a lo largo de estos años.
Así mismo hizo un llamado a las personas causantes de los destrozos de no dejar veladoras, ya que “no son una iglesia, ni un panteón”, sino un lugar de recreación donde las familias podían pasar un rato agradable y que estos actos dañan la imagen y causan temor a represalias a quienes pasan por el lugar; también recordó las palabras ilustres de “El respeto al derecho ajeno, es la paz”, mientras recogía algunas pancartas y volantes que tenía la estatua pegadas para intentar dejar limpio por lo menos ese lugar, que reconoció que es un derecho que tiene, al no permitir que dañen a su ciudad.