Por el Paleador
Al no haber impedimento legal para la designación del titular de la comisión de los derechos humanos quintanarroense, en fecha próxima, el Congreso del Estado definirá quien ocupara ese importante cargo.
Debe decirse que ese órgano autónomo lleva más de un año trabajando con inercias y corrupción legadas por su ex titular Marco Antonio Toh Euán, por lo que se espera que el nuevo presidente lleve a cabo una barredora a fondo, en una institución que no funciona debidamente, y que, por lo tanto, tiene una opaca presencia.
Todo ello lo escribe este Paleador, luego de platicar con varios trabajadores que están cansados de la prepotencia de los colaboradores de Marco Antonio Toh Euán, ahora flamante titular de la Unidad Especializada de Derechos Humanos del Ayuntamiento de Solidaridad, que de especializada sólo tiene el nombre, y que aún tienen bajo su control esa institución.
Indican que la inactividad de la comisión es lamentable, ya que únicamente está dedicada a organizar “cursitos” y “eventitos”, así como “trabajar” únicamente atendiendo correos, como es el caso de Omega Istar Ponce Palomeque, coordinadora de Vinculación Interinstitucional y con Organizaciones No Gubernamentales, de la que hablaremos en otra entrega, y conforme a información proporcionada a este Paleador.
Expliquemos lo anterior.
Los lastres de la comisión de derechos humanos
“La comisión de los derechos humanos está plagada de aviadores panistas y funciona con la negativa inercia de trabajo de la gente que dejó Marco Antonio Toh Euán, quien ha sido el peor presidente de nuestra institución”, comentan trabajadores de ese órgano autónomo.
“Erick Armando Poot Alcocer, Oficial Mayor, Omega Istar Ponce Palomeque, Coordinadora de Vinculación Interinstitucional y con Organizaciones No Gubernamentales, entre otros, son un lastre para la comisión, el primero porque controla a su antojo el presupuesto, las contrataciones y las aviadurías, entre otros, y la segunda, era la que mal operaba el funcionamiento de la comisión, dado que era el brazo derecho de Toh Euán: Ambos se encargaron de engrosar la nómina con aviadores y prepotentes amigos”, señalan.
“Por ello, el nuevo titular de la comisión debe verificar la burocracia dorada, las aviadurías y a las personas que prácticamente cobran sin trabajar, solo por la amistad que tienen con Toh Euán, el oficial mayor o con Omega Istar Ponce Palomeque, que, además, son personas prepotentes y que han acosado a compañeras y compañeros, para que renuncien y ocupen esas plazas a favor de sus amigos o para aviadurías”, comentan.
“Sería terrible que Omega Istar Ponce Palomeque fuera designada como presidenta de la institución porque la corrupción, las inercias y el acoso laboral se incrementarían”, expresan.
Señalan que desde hace años “no hay una labor comprometido con los derechos humanos. El trabajo de la comisión es sumamente deficiente”, subrayando que el nuevo presidente o presidenta de la Comisión, sí en verdad quiere realizar un papel eficiente y honrado, debe de empezar por la Oficialía Mayor, para detectar todas las transas que ahí se gestan, y debe de redimensionar y disminuir la abultada burocracia “dorada” de esa instancia.
Reiteran que no se vale que los que ahí verdaderamente laboran, tengan que checar tarjeta, asumir las cargas de trabajo de los aviadores, aguantar malos tratos, entre otros.
Finalmente reiteran que el peor presidente en la historia de la comisión de los derechos humanos, como lo es Marco Antonio Toh Euán, aún controla la institución a través de Erick Armando Poot Alcocer, Oficial Mayor y de Omega Istar Ponce Palomeque, Coordinadora de Vinculación Interinstitucional y con Organizaciones No Gubernamentales, que han hecho un grave daño a ese fundamental órgano autónomo.
Comisión pintada de Verde
Mencionan que el único pelo en la sopa es que parece ser que Judith Rodríguez Villanueva, quien como diputado “arregló” todo para quedar en dicho cargo, finalmente acceda al mismo. Por lo cual, “los panistas serían desplazados por los verdes ecologistas, para acaparar la nómina de la comisión, con lo cual, la institución sería un coto de ese partido, en detrimento de su funcionamiento”.
Ante tal amarre político, que no tiene nada que ver con los derechos humanos, este Paleador no tiene nada que decir, sino dar la vuelta e ir a caminar por ahí, como parece ser que se le está dando la espalda a la protección de los derechos humanos de miles de quintanarroenses que padecen alguna vejación y no tienen un mecanismo eficiente, real mediante el cual se les atienda, mucho menos para la prevención.
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