El contexto
El actual contexto es de una alta polarización: el presidente de la República apuesta al “divide y vencerás”. No le interesa construir canales de comunicación con la oposición; Movimiento Ciudadano (MC), pinta su raya a los aliancistas, al propalar una “teoría del complot” existente en las elecciones de Coahuila y el Estado de México; el movimiento antiobradorista continua su legítima lucha política en las inmediaciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; y el liderazgo de Luis Donaldo Colosio Riojas, es innegable y lo ubica como potencial y competitivo abanderado presidencial.
En este escenario político tiene especial relevancia la oportunidad y sentido de las decisiones que emita la Suprema Corte de la Nación sobre el Plan B-C, así como la forma como se desarrollará el proceso interno del morenismo, que puede devenir en una fractura interna, con el connatural divisionismo y migración de liderazgos de Morena hacia otros institutos políticos.
Morena sin AMLO será otra historia. Los ciclos políticos se cumplen, y personalmente no observo en ninguna de las “corcholatas”, el peso político y liderazgo del tabasqueño, ganado por su perseverancia y lucha política que lo ha caracterizado.
Pero Morena hoy por hoy cuenta con la simpatía popular, ello conforme a una encuesta del Financiero (corte al mes de febrero de 2023), y análisis del director de etcétera, Marco Levario Turcott [i], quien señala que, aun y cuando la aprobación presidencial haya bajado al 50%, Morena mantiene ese porcentaje como intención del voto para la elección presidencial de 2024, en tanto la alianza Va por México apenas alcanza 37% y Movimiento Ciudadano cuenta con 9%.
Es decir, aun si fueran en una gran coalición que incluyera a Movimiento Ciudadano, el panorama es complicado para la oposición, quien pudiera remontar esas cifras solamente por la vía de la nominación de un candidato con simpatía popular y desvinculado de las cúpulas partidistas. Pero como se señala en el análisis referido, la oposición se ha caracterizado por estar desarticulada y sin un serio candidato.
En este escenario de polarización Dante Delgado, líder de Movimiento Ciudadano (MC), supo conducir el timón de ese partido hasta las elecciones locales del 2022, lo que le permitió crecer electoralmente a ese instituto político. Ello es innegable. Pero la “teoría del complot”, propalada por ese partido, en la que supuestamente los acuerdos de los bandos señalados harían posible que en el Estado de México gané el morenismo, y en Coahuila, el tricolor, tensan la cuerda en las negociaciones (bajo la mesa) que han sostenido las dirigencias de los partidos de la oposición, entre ellos MC, para conformar una gran coalición.
Por separado los partidos de oposición, incluyendo a MC nada tienen que hacer ante cualquier “corcholata” en las elecciones del 2024
La única posibilidad que tiene de ganar la oposición es conformar un gran bloque opositor, una mega alianza, que acapare los votos de los inconformes con las políticas y acciones del presidente de la República y su administración, muchos de los cuales participaron en las marchas ciudadanas del 13 de noviembre de 2022 y del 26 de febrero de 2023.
Ciertamente hay algunas figuras en el PAN, PRI y PRD, pero ninguna de ellas convencería a Movimiento Ciudadana. El único prospecto que puede abrir la puerta de una gran coalición es Luis Donaldo Colosio Riojas.
En ese contexto, se vería a qué está jugando Dante Delgado, hábil político sobreviviente de muchas batallas políticas, y que ahora tiene un papel fundamental en el contexto en que nos encontramos.
Como decimos, el balón está en su cancha.
La disyuntiva de Luis Donaldo Colosio Riojas
Luis Donaldo Colosio Riojas, “sin alzar la mano” y sin el aparato propagandístico y de gobierno con que cuentan las “corcholatas presidenciales”, ha emergido en las últimas encuestas[ii] como un virtual precandidato presidencial con peso político propio.
Lenta y pausadamente y desde una inusual trinchera municipal, como lo es el gobierno de Monterrey, Colosio Riojas ha venido ganando terreno en un campo altamente polarizado por dos bandos políticos rivales (y no adversarios). Por un lado, el presidente de la República, como líder indiscutible del morenismo y, por el otro lado, los aliancistas de los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática.
Movimiento Ciudadano prácticamente se había mantenido distante e impasible en el escenario de los dimes y diretes de los dos bandos citados. Ahora está en el centro mismo de la discusión al propalar un supuesto acuerdo cupular partidista, que tanto han dañado a nuestra democracia.
En política todo puede pasar. La política es un juego de ajedrez y eso lo tiene muy claro la dirigencia de Movimiento Ciudadano. En el momento político que nos encontramos, el movimiento final y fino lo tendrá que realizar ese instituto político, y el mismo Luis Donaldo Colosio Riojas, quien deberá tomar la decisión final.
Ha llegado la hora de las decisiones para Movimiento Ciudadano: ir en una gran coalición con los partidos de la alianza, ubicando a su abanderado como el principal contendiente en los procesos democráticos internos que lleven a cabo, o seguir su camino por separado. En este caso, la última palabra la tendría el propio Luis Donaldo Colosio Riojas.
La oposición sin Movimiento Ciudadano tiene complicado el escenario político. Los números no le alcanzarán para vencer a cualquier “corcholata” que se seleccione. Eso es más que evidente.
De ahí que Movimiento Ciudadano está en esa disyuntiva, máxime si los partidos de la alianza optan por ir con Colosio Riojas, dada la evidente falta de liderazgos en esos institutos políticos.
Y como si nada pasara, las “corcholatas presidenciales” (Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores y Adán Augusto López, secretario de Gobernación), abierta, ilegal y sistemáticamente están realizando proselitismo político. Están en lo suyo: externamente no tienen alguna figura opositora que les haga sombra. Internamente, Ricardo Monreal continúa al margen y aunque se esforzó por colarse en la lista de las “corcholatas”, dicha lista siempre ha sido de tres[iii].
Lo que queda claro, es que las “corcholatas” han sido las más beneficiadas por el clima de polarización existente, ya que el presidente ha mantenido a raya a la oposición. En este escenario, la agenda presidencial, vía las “Mañaneras”, mantiene su implacable ritmo.
Pero el surgimiento de una candidatura ciudadana indudablemente sería bien vista por la mayoría de los simpatizantes del movimiento “El INE no se toca”.
Sin embargo, un aspecto que debe insistirse es que entre más se tarden los partidos de oposición en seleccionar a su abanderado”, menos probabilidades tendrán de competir con la “corcholata” seleccionada, que, como lo hemos comentado, llevan meses haciendo proselitismo adelantado. Además, las leyes aprobadas les favorecen.
En este contexto, los partidos de la alianza PAN, PRI y PRD son los que eventualmente deben plantear formalmente una gran coalición buscando en todo momento la adhesión de Movimiento Ciudadano, para que su candidato tenga competitividad electoral, es decir, probabilidades de éxito en contra de la “corcholata” seleccionada.
Se acabaron los tiempos de “acuerdos bajo la mesa”. La ciudadanía vería con buenos ojos la conformación de una gran coalición, pero de cara a la sociedad, que está harta de esos acuerdos y de las cúpulas partidistas.
“INE no se toca” / “Mi voto no se toca”
El empecinamiento presidencial de llevar a cabo una reforma electoral a nivel constitucional propició el surgimiento del movimiento social conocido como “El INE no se toca”. Dicho “plan “A” fue frenado, pero el presidente no desistió y prosiguió con un plan “B-C”, de reformas legales, que no fueron debidamente analizadas y consensuadas. Ello, devino en el fortalecimiento de dicho movimiento social, que tocó a las puertas del morenismo: El Zócalo de la Ciudad de México.
Ahora dicho movimiento se ha convertido en un referente nacional y contrapeso al poder presidencial, y su lucha política se ha encaminado en las inmediaciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien tiene la última palabra. De prosperar y echar abajo el “plan B-C” en sus puntos principales como la reestructuración del INE[iv], indudablemente ese movimiento (que debió cambiar de denominación), generaría mayor adhesión ciudadana.
Quiérase o no el movimiento “El INE no se toca”/”Mi voto no se toca”, articuló la preocupación de amplios sectores de la sociedad por el destino del árbitro electoral, cuya imparcialidad y autonomía está en el centro de la lucha por el poder y la transición a la raquítica democracia a la que hemos arribado.
Dicho movimiento tiene como una de sus fortalezas el núcleo ciudadano que lo ha blindado de las cúpulas partidistas. Es plural por antonomasia, y puede ser la base de apoyo de cualquier abanderado ciudadano que cuente con un determinado perfil.
En este contexto, Luis Donaldo Colosio Riojas cuenta con el legado de su padre, tiene carisma y ha sabido navegar en las aguas tenebrosas y tramposas de la política partidista.
Lo anterior no significa que Andrés Manuel López Obrador no cuente con respaldo ciudadano -demostrado en la megamarcha del 27 de noviembre de 2022-, y que sin duda se reflejará en su convocatoria del 18 de marzo de este año, sino que, al lado de ese músculo político, que hasta hace poco era único y por tanto dominante, ha emergido un movimiento social con gran respaldo ciudadano, lo que se reflejó en la multitudinaria asistencia al mitin del 26 de febrero, así como en las muestras de simpatía en redes sociales y plataformas digitales.
“Nada es para siempre”
“Nada es para siempre”, es una frase que impone formas de ser cautas y equilibradas en nuestro actuar en la vida pública o hasta privada.
En política se podría equiparar a lo establecido en la “regla de la mayoría”[v], del pensador italiano Norberto Bobbio, que dice: “ninguna decisión tomada por mayoría debe limitar los derechos de la minoría, particularmente el derecho de convertirse a su vez en mayoría en igualdad de condiciones…”. Es decir, hoy cualquier partido puede ser minoría, pero al paso del tiempo y en elecciones libres y auténticas, tiene el derecho y la posibilidad de convertirse en mayoría…
Es una constante del juego democrático.
De ahí la importancia de revisar y ajustar debida y consensuadamente las normas, reglas y procedimientos de nuestro sistema e instituciones electorales.
Como sabemos la mayoría implacable de Morena, trató de imponer una iniciativa presidencial que pretendía transformar (unilateralmente) las reglas del juego democrático.
Y fue un mal cálculo político.
No les alcanzó para lograr el voto calificado en la Cámara de Diputados para la aprobación de la iniciativa presidencial a nivel constitucional, por lo cual tuvieron que ir en reversa. Pero siguieron adelante, ahora en busca de un “plan B-C”, que, al requerir mayoría simple, fue aprobado y recientemente entró en vigor[vi].
Pero todo ese camino recorrido desde abril de 2022 a la fecha, indudablemente, fue un error político de grandes dimensiones. Detonó un movimiento ciudadano sin precedentes.
Expliquemos lo anterior:
Las “Mañaneras” son un poderoso instrumento de comunicación social. La narrativa presidencial es avasallante y se fundamenta en la figura combativa de Andrés Manuel López Obrador.
Como dicen algunos: “ Las ´Mañaneras´ son un faro para sus seguidores”, aunque no son un mecanismo de rendición de cuentas.
En ese camino que parecía libre, el presidente de la República se empecinó en impulsar una iniciativa presidencial que pretendía refundar el sistema electoral, teniendo como uno de sus ejes el “abaratamiento de las elecciones” y el malestar en contra de los partidos políticos y los legisladores[vii].
El problema fue la falta de estudios, análisis y consenso en los puntos torales de tal iniciativa, por lo que propicio el movimiento conocido como “El INE no se toca”, cuyo éxito fue frenar tal iniciativa.
Así, muchos ciudadanos que ni enterados estaban en la cuestión electoral, de pronto centraron su atención en el tema.
Esas miles de personas, quiérase o no, son profesores, maestras de todos los niveles escolares, amas de casa, estudiantes, artistas, músicos, empresarios, trabajadores, militantes y simpatizantes de partidos, integrantes de organizaciones de la sociedad civil, empleadas y empleados de los tres órdenes de gobierno, en un largo etcétera.
La pluralidad y el músculo mostrados en las megamarchas del 13 de noviembre de 2022 y del 26 de febrero de 2023 son su fortaleza.
Ello, con independencia de las marchas del 27 de noviembre y la que efectuará el morenismo el día 18 de marzo de 2023. Reiteramos: en el escenario nacional el morenismo ya tiene el contrapeso real de una parte de la sociedad que no comparte sus ideales ni su forma de gobernar.
México es plural, que ni duda quepa.
La oposición en busca de candidato
Los partidos de oposición están en busca de un abanderado presidencial. Hay varios prospectos en cada instituto político.
Para Movimiento Ciudadano ha llegado la hora de las definiciones.
De la decisión partidista de MC, dependerá el rumbo y la decisión de Luis Donaldo Colosio Riojas, quien al interior de ese partido político es el único que tiene ese tamiz y podría abrir la llave de una gran coalición de la oposición.
En este juego político no hay puntos intermedios y cada uno lleva agua a su molino.
En el tramo final de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, la nominación de la candidatura presidencial de uno (o una) de sus “corcholatas”, pudiera generar que la inconformidad se acreciente internamente en Morena, quien no tiene una figura de la talla de AMLO, quien pudiera calmar los ánimos y las deserciones.
Así, por la imagen y respaldo de la imagen presidencial, Morena y sus aliados están empoderados por el respaldo popular con que cuenta el presidente. En la fase final de su mandato, esa será una de sus grandes desventajas.
Al igual que los demás partidos, Morena es una cúpula partidista que forma parte de la partidocracia, la cual alejó a los institutos políticos de las funciones sociales encomendadas como son la articulación y sistematización de las demandas sociales, creación de ciudadanía, socialización de la problemática socioeconómica y movilización en pro de las demandas sociales.
Desde hace años y en términos generales, cumplen su función respecto a ser el medio para concretar la representación política, pero con miras a obtener las prebendas y canonjías respectivas.
En este escenario, el movimiento “El INE no se toca”/”Mi voto no se toca”, es un factor por considerar. Su núcleo ciudadano que lo legitima, lo convierte en un referente en las elecciones del 2024, y en particular en la selección del abanderado o abanderada de los partidos de oposición, que, con Movimiento Ciudadano, podrían tener posibilidades de ganar al “corcholata” seleccionado.
Morena y sus aliados tienen claro el camino a seguir y saben que deben operar finamente para evitar rupturas y deserciones de liderazgos.
AMLO y la cita con la historia
Como dijimos: “Nada es para siempre”. Morena tiene el reto interno de garantizar la continuidad del proyecto obradorista, pero sin AMLO. La inminente división y ruptura interna del morenismo derivado de la lucha sin cuartel de las “corcholatas presidenciales”, presagia rompimientos naturales en ese partido político.
.Las “corcholatas presidenciales” están desbocadas y los tiempos políticos irán restándole fuerza política a Andrés Manuel López Obrador, en una lógica que, sexenalmente, tiende su tapete al ungido.
He comentado que los últimos tramos de los periodos presidenciales desde Luis Echevarría Álvarez, hasta el de Enrique Peña Nieto, fueron de días aciagos. Tuvieron como constante el rechazo popular; algunos de los cuales, incluso, fueron dramáticos como cuando José López Portillo lloró durante su sexto informe del 1 de septiembre de 1982, ya que tuvo que devaluar el peso y nacionalizar la banca. No pudo defender al peso como un perro, como se comprometió públicamente.
Es indudable que hoy en día, el presidente Andrés Manuel López Obrador cuenta con el apoyo de gran parte de la población, sobre todo los grupos beneficiados con los programas y apoyos sociales; ciudadanos que orgánicamente acuden a su llamado y tienen esperanza en la transformación prometida.
Claro está que, en su gobierno, el acarreo se ha “remasterizado”, pero en el fondo es el mismo mecanismo que utilizaron los gobiernos emanados del PAN-PRI y ahora Morena. En ese rubro, como en el tema de la compra y coacción del voto, como lo comentamos en otro trabajo, nada ha cambiado[viii].
Al presidente no le interesó establecer mecanismos de comunicación con los que no simpatizan con su movimiento.
“Divide y vencerás” es su máxima, y, el respaldo de los grupos mayoritarios legitima su gestión. Sabe que nunca contará con el apoyo de algunos grupos sociales. No le interesa ese aval. Por ello, en las “Mañaneras” habla directa y sin tapujos al “pueblo” denostando a los conservadores. Cada “Mañanera”, que se reproduce en muchos portales digitales, es vista en redes sociales en “en vivo” por miles de personas, en un hecho que amerita estudio por separado.
Y en cada “Mañanera”, se achacan los males del país a esa mafia del poder, de la que fueron y son parte las cúpulas del PAN, PRI y PRD, coludidos con los grandes empresarios y políticos neoliberales, que han saqueado al país. De ahí la necesidad histórica de la transformación emprendida por Andrés Manuel López Obrador.
La transformación que superará los males de la mafia del poder y de los neoliberales corruptos, repetida incansablemente en el discurso presidencial, parece haberse instalado como una verdad en el imaginario social.
Por ello, el presidente tiene la misión de transformar al Estado y sus instituciones. Quiere dejar como legado histórico la erradicación de la corrupción y la impunidad, entre otros males endémicos.
Pero el tiempo siguió su marcha y lo rebasó.
La transformación dicha en un discurso es una quimera.
En realidad, México no ha logrado afrontar (ya no digamos desterrar) la corrupción y la impunidad y, por otro lado, la mayoría de los mexicanos vive desde hace lustros en una infame pobreza. Hay corrupción[ix] e impunidad, que, desde hace años registran altos niveles.
Hay violencia generalizada en grandes regiones del país, derivada del narcotráfico[x]; las cifras de los feminicidios y agresiones hacia la mujer mantienen alta incidencia; entre otros graves fenómenos, que deberían ser estudiados y analizados integralmente, y paradójicamente con mediciones e indicadores de crecimiento, para de ahí generar los diagnósticos indispensables, agendas de trabajo, que conlleven a políticas públicas, entre otros.
Indudablemente AMLO y su pretendida transformación perdieron la cita con la historia.
Al igual que Vicente Fox Quesada o Felipe Calderón Hinojosa, tuvo en sus manos la oportunidad histórica de transformar y realizar una reforma del Estado.
Pero el hubiera no existe.
Y nada es para siempre.
*Jorge Manriquez Centeno es especialista en materia político-electoral, derechos humanos y derecho parlamentario. Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, abogado, con estudios de posgrado en políticas públicas, derechos humanos por la FLACSO y doctorado en Derecho Parlamentario por la Universidad Autónoma del Estado de México. Exconsejero presidente del Instituto Electoral de Quintana Roo (2009 a 2015) y ex director de Partidos Políticos del mismo Instituto (2003 a abril de 2009). Correo: jorge.manriquez.centeno@gmail.com
Notas
[i] La encuesta está disponible en el siguiente enlace:
El análisis referido se encuentra disponible en el siguiente enlace:
[ii] En la encuesta de El Financiero (ver nota anterior), se destaca que, por el lado de la oposición, Lilly Téllez liderea las opiniones favorables, con un 29% y Luis Donaldo Colosio Riojas alcanza un 25%; en tanto que otras encuestas dan cuenta del liderazgo de Colosio Riojas.
Al respecto, checar el siguiente link
[iii] En un texto denominado “Corcholatas presidenciales”: la soberbia del poder (I de II), mencionamos:
“Todos conocemos a las “corcholatas presidenciales”, que han sido “destapadas” por la milagrosa mano presidencial. Son: Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores y Adán Augusto López, secretario de Gobernación.
La denominación de “corcholatas presidenciales”, refiere a ese tapón que llevan las bebidas embotelladas, pero cuando las “destapamos”; de ahí que en México no hay “tapados” como antaño, sino “destapados”, y en este juego de palabras, hay un reconocimiento de que ya hay “adelantados”, en busca de la candidatura presidencial de Morena.
El problema es que, como antaño, dichos funcionarios velada y astutamente utilizan cargos públicos de primer nivel, y lo que ello representa, para realizar proselitismo político con miras a alcanzar la candidatura presidencial del morenismo”.
[iv] Se analiza en otro texto: “Plan B-C” electoral: aspectos y plazos”, disponible en el siguiente enlace:
[v] Forma parte de los “procedimientos o reglas universales” de la democracia, que en su totalidad son: 1) todos los ciudadanos que hayan alcanzado la mayoría de edad, distinción de raza, religión, condición económica y sexo, deben disfrutar de los derechos políticos… 2) el voto de todos los ciudadanos debe tener el mismo peso… 3) todos los que disfrutan de los derechos políticos deben ser libres para poder votar según la propia opinión, formada lo más libremente posible…4) deben ser libres también en el sentido de que deben ser puestos en la condición de elegir entre soluciones diversas… 5) tanto para las elecciones como para las decisiones colectivas, debe valer la regla de la mayoría numérica… 6) ninguna decisión tomada por mayoría debe limitar los derechos de la minoría, particularmente el derecho de convertirse a su vez en mayoría en igualdad de condiciones…” Bobbio, N. (2003). Teoría general de la política, Madrid, editorial Trotta, página 460
[vi] Ver nota iv.
[vii] En el Informe Pais 2020: El curso de la democracia en México, en el apartado 1.4 (pág.45) se menciona que la confianza hacia las universidades públicas es del 70%, hacia el INE 60% y hasta el fondo de la tabla están la policía con un 28%; senadores y diputados federales, así como diputados locales comparten un 23%; y finalmente los partidos políticos registraron un 22%.
Disponible en:
file:///C:/Users/asus/Downloads/Informe%20Pa%C3%ADs%202020,%20octubre%202022%20(2).pdf
[viii] Disponible en:
[ix] Al respecto, se reproduce una nota del Financiero del 15 de octubre de 2021
“México se encuentra en la posición número 135 a nivel mundial en corrupción, de acuerdo con el ranking Estado de Derecho 2021.
Este ranking mide tres formas de corrupción: sobornos, influencia indebida de intereses públicos o privados, y malversación de fondos públicos u otros recursos.
La corrupción, en sus tres distintas formas, se mide en funcionarios del gobierno en el poder ejecutivo, el legislativo, el judicial, en el ejército y la policía.
México ha caído en esta categoría por varios años consecutivos. En 2019, el país se encontraba en el lugar número 117. Y en 2020, bajó al 121.
Esto quiere decir que del año pasado al 2021, México retrocedió 14 lugares, según el ranking del World Justice Project.
Los cinco países que encabezan la lista, siendo los mejores en la ausencia de corrupción, son: Dinamarca, Noruega, Singapur, Suecia, Finlandia y Nueva Zelanda.
Del lado contrario, los cinco peores lugares son para México, Uganda, Camerún, Cambodia y República del Congo”.
Disponible en;
[x] Algunos especialistas han dimensionado la magnitud del problema del narcotráfico, como Edgardo Buscaglia; para una aproximación, ver la siguiente entrevista, en el este enlace: