Parece que la comisión especial del caso Aguakán, que preside el morenista, Humberto Aldana, ya entró al juego del cuento nunca acabar y que la concesión va a seguir, en tanto, al legislador morenista, siga con sus argucias y dándole largas al asunto.
Hay el mandato en las urnas, desde hace un año, de rescindir la concesión de Aguakán, pero no pasa nada.
Es como que los diputados que ganaron hace un año, aún están esperando que se les tome protesta.
El 28 de marzo, a iniciativa de diputados progresistas, se conformó una comisión legislativa para darle forma legal al cumplimiento de la voluntad popular de darle aire a Aguakán.
Pero, no ha pasado nada de nada.
Las más reciente sesión de esta comisión fue un monologo del diputado Aldana que insiste en justificar lo injustificable.
Por supuesto, que la bancada de Morena, empezando con Aldana, traiciona los principios de Morena, al mantener privatizado el servicio de agua potable.
Y aplica aquella de los que “mataron a la vaca”, pues tanto pecan los diputados aprobaron la ampliación de la concesión como los que ahora, no quieren cumplir el mandato popular de rescindirla.
En otras palabras, tanto pecan los priistas que dieron las concesión, que los morenistas que ahora la sostienen.
Y es que parece que no se trata de un asunto de ideologías, sino de intereses atravesados, los cuales parece que tienen a Aldana como un conserje en Congreso del estado.