Dirían los clásicos que estamos en Quintana Roo ante una transición de terciopelo.
El gobernador saliente, Carlos Joaquín, y la gobernadora electa, Mara Lezama, la llevan más que bien.
Incluso, en la campaña, la entonces candidata de Morena no “contrastó” el desempeño del gobernador pan-perredista.
Un detalle interesante es que tampoco se puede decir que el gobernador hizo labor en favor de la candidata del PAN-PRD, Laura Fernández.
Ha habido, transiciones difíciles, incluso con gobernadores salientes y entrantes del mismo partido,
Destaca la de Miguel Borge con Mario Villanueva. Ambos eran del PRI, pero sus diferencias fueron muy evidentes. El chetumaleño hasta encarceló al ex colaboradores de su antecesor.
También se puede decir, que tampoco fue fácil la transición entre Jesús Martínez Ross y Pedro Joaquín Coldwell.
Punto y aparte, fue el cambio de mando entre Roberto Borge y Carlos Joaquín. La ruptura fue total y el joven priista pagó todos los agravios que cometió en contra del hoy Mandatario estatal, en un ajuste de cuentas que también le tocó a quien fue candidato del PRI, Mauricio Góngora.
Si bien Carlos Joaquín y Mara son de partidos diferentes, tienen una relación como si fueran no sólo del mismo partido, sino hasta del mismo grupo político.
Como alcaldesa, Mara tuvo una excelente convivencia con el Gobernador, con excepción del episodio del 9N.
Esta relación continuó y continua sobre ruedas,
Y hoy, Carlos Joaquín y Mara están juntos en España. Y como parte de su agenda, promueven la construcción de más hoteles en Quintana Roo con una empresa de Mallorca.
Se hace más que evidente una continuidad, al menos en materia de turismo.
Incluso, este vínculo de trabajo podría continuar cuando Carlos Joaquín de ser gobernador pues suena para ser el próximo Secretario de Turismo de la 4T.
Por lo pronto, se ve que el cambio de estafeta será terso y en total armonía