Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCÚN.-El llamado tramo 4 del Tren Maya ha convertido a la autopista Cancún-Mérida en un verdadero peligro para los automovilistas que no tienen más remedio que usar esa vía, que unen a las dos principales ciudades de la Península.
De hecho, el tramo de mayor peligro es de Valladolid Nuevo-Piste, al “tráfico normal” se han sumado decenas de camiones de volteo que llevan y traen material pétreo para las obras, ya con más de un año.
El tráfico de estos camiones es cada vez más intenso ante el retraso de las obras que ha obligado a intensificar los trabajos para al menos acercarse a las metas de finalización.
Diversos medios regionales han documentado la gran cantidad de accidentes ocurridos en esta vía, delimitada por una interminables filas de conos naranja que convirtieron dividieron en dos carriles, de ida y vuelta, lo que era una cómoda autopista.
La cada vez mayor presencia de vehículos pesados de las empresas que trabajan para ICA, concesionaria de los trabajos, ha obligado a muchos a usar la carretera libre, con lo que se hace mayor el riesgo para transitar en esta estrecha vía, sin acortamientos en su tramo de Quintana Roo.
Y por si fuera poco a la altura de las comunidades de Santo Domingo y Cristóbal Colón, se ja establecido una especie de campamento de obras, en la que también camiones de volteo entran y salen sin las mínimas medidas de prevención para los que usan la vía libre.
Con todo y los contratiempos, la concesionaria ICA se ha negado a bajar usar sus tarifas, pese a que la vía no solo es cada vez más lenta sino más peligrosa precisamente por el incremento de camiones pasados que mueven el material petreo.
Cabe señalar que el Tramo 4 del Tren Maya comprende un recorrido de 239.5 kilómetros entre Cancún-Merida, con una inversión prevista de 25 mil millones de pesos; supone además una superficie total de desplante de 1,749 hectáreas, 410 hectáreas de afectación y cambio de uso de suelo en 317.28 hectáreas, según se lee en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA).
Este tramo tendrá cinco estaciones en Chichén Itzá, Valladolid y Xibalbá en el estado de Yucatán; así como en Leona Vicario y Nuevo Xcan en Quintana Roo. La vía se ubicará paralela a la autopista de cuota Cancún-Mérida que opera ICA, las obras contemplan también una reingeniería de esta vialidad.