Agencias
CHETUMAL.— Los comerciantes de frutas de la comunidad de Laguna Guerrero están viviendo una crisis económica debido a la drástica disminución de visitantes que acostumbran cruzar por el poblado para ir a Raudales a darse un chapuzón.
Los fines de semana, principalmente, los comerciantes de frutas de la comunidad de Laguna Guerrero se colocan a temprana hora en la avenida principal en espera de los visitantes que cruzan. Sin embargo, derivado de la pandemia de COVID-19, son escasas las personas que llegan al poblado, ya que los balnearios cercanos se encuentran cerrados al público.
Carmela Solís, dijo que obtiene de 100 a150 pesos cada vez que sale a vender, recurso que apenas le alcanza para comida del día, por lo que se las tiene que ingeniar para subsistir en tanto concluye la pandemia por el SARS-COV-2.
“Casi no hay ventas porque cruza poca gente y sin dinero, por tanto, no tenemos las ventas de antes, cuando venía mucha gente”, detalló.
Indicó que esperar una venta no es el único problema que padecen, sino también la competencia de otras comerciantes que salen a ofrecer sus productos, ya que todos deben aprovechar la poca clientela o visitantes que llegan de otros lugares e, incluso, del mismo poblado.
Doña Carmela, al igual que otros habitantes del poblado pidieron a las autoridades apoyo en tanto disminuye el número de contagios por la covid-19, principalmente en la capital del estado, de donde provienen, principalmente, los visitantes del lugar.
Con información de Infoqroo