Editorial de Noticaribe PENINSULAR
Muy rápido se acabó el “legado” de Carlos Joaquín.
Tras fracasar en seguridad y en política, lo que le quedaba al meridano-playase era mostrarse como un “mago” de las finanzas, teniendo como mancuerna a la ex titular de Sefiplan y hoy diputada del PVEM, Yohanet Torres Muñoz.
Pero, también quedó reprobado en finanzas, que era “su fuerte”.
Y lo peor es que no ha sido la oposición quien ha exhibido la deshonrosa herencia dejada por el anterior gobernador
Son aliados, excolaboradores y sus “amigos de los medios” que lo han puesto en una situación, en la que un ex gobernador no quisiera estar, y menos, cuando no tiene ni un mes de haber dejado del poder.
Lo que trae de cabeza a Carlos Joaquín es que “ya se sabe” que dejó una deuda con proveedores por 7 mil millones de pesos, más o menos el mismo monto que dejó su antecesor, el insaciable “Beto” Borge.
Pero, esta cifra no salió a la luz como resultado de una asombrosa investigación periodística o el “hackeo” de los servidores de Sefiplan
La cifra la dio gobernadora Mara Lezama, con quien se supone Joaquín González tenía un excelente entendimiento, y el asunto fue remachado por la diputada federal Anahí González, muy, pero muy cercana a la Gobernadora.
Mara aventó a Carlos Joaquín a los “leones” de la arena del coliseo.
Por si no fuera suficiente, el ex oficial mayor, Manuel Alamilla, (que salió por la puerta de atrás del Palacio de Gobierno) metió en el “combo” de la corrupción a Yohanet Torres, para señalarla como corresponsable del desastre financiero del anterior gobierno.
Y ahora medios y periodistas, entre los que destacan muchos de los que fueron “consentidazos” de Roberto Borge y que Carlos Joaquín “adoptó” y que ahora buscan ser “bien amados” por Mara, no dejan ni a sol ni sombra al ex Gobernador por el asunto de la deuda
Dicho sea de paso, el ex Mandatario también rompió con el PAN y PRD (para subirse al ferrocarril de la 4T) , con lo cual ya no tiene el cobijo político de nadie.
Y sí, todos los amarres que hizo Carlos Joaquín se desamarraron (y muy pronto) ahora está a la deriva.