Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCÚN.-A siete años de ser inaugurado, el Auditorio del Bienestar, en que se invirtieron 244.7 millones de pesos, presenta un criminal deterioro y sus instalaciones han quedado prácticamente inservibles para terminar siendo un vestigio de la corrupción y el rechanchismo político.
La obra que ejecutó el gobierno federal en acuerdo con gobierno de Roberto Borge, tuvo un costo de 244.7 millones de pesos estuvo a cargo de la empresa FDL Compañía Constructora, representada por David Castellanos Rentería, de acuerdo con el documento firmado por ambas partes.
El gobierno de Carlos Joaquín mandó a hacer un estudio y lo declaró inviable.
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Estudio revela fallas en el auditorio
El 24 de septiembre al 5 de octubre de 2018, personal de la CFE y una consultora realizaron trabajos de campo para verificar la superestructura, revisión geotécnica, levantamientos topográficos.
De acuerdo al estudio, se establecen varios observaciones, pero que hacen ver qué el lugar no estaba impedido para usarse, quizá no como un auditorio para conciertos pero darle otro uso acordé a las instalaciones.
El informe o estudio refiere que una de las mayores fallas fue en la estructura tridimensional que da al estacionamiento, por no cumplir con la resistencia requerida para soportar las diferentes solicitaciones de carga especificadas en la normativa aplicable.
Se necesita, por las fallas, reponer el terreno en las zonas de terraplén, se observó.
Asimismo se presenciaron fisuras en las trabes de concreto y recomendaron proteger todos los elementos de acero contra la corrosión y ajustar la tensión necesaria de los contraventeos para que cumplan su función.
Se recomendó un estudio geofísico para descartar presencia de oquedades o cavernas sobre la estructura.
En cuanto al cableado eléctrico, ya desde entonces (2018) no estaba. O sea ya se lo habían robado.
El sistema de pararrayos no cumple con lo planteado en el plano.
De las instalaciones hidrosanitarias se consignó que no hay dotación de agua potable suficiente y que los muebles sanitarios no eran suficientes.
De las butacas, se observó que no cumplió con la normativa, como tampoco lo hace los espacios destinados al almacenamiento de basura temporal.
Se notó la ausencia de infraestructura inclusiva, para personas con discapacidad.
Desinterés de Carlos Joaquín
Hace cinco años, se elaboró un anteproyecto para reparaciones, por alrededor de cinco millones de pesos, sin embargo el gobierno de Carlos Joaquín nunca mostró interés en resarcir las observaciones hechas por la CFE, y menos rescatar el espacio que promovió su otrora enemigo politico.
Apenas en febrero pasado, la Gobernadora Mara Lezama hablo del rescate del inmueble, aunque no precisó fecha y menos una inversión.
“De acuerdo con el reporte en materia de la infraestructura, la mecánica, se habló que la estructura, las bases están bien, es un diseño complicado para Quintana Roo, pero sobre algunas pláticas, ya hay opciones para rescatarlo“, dijo.
Indico que lo que ahora es un “elefante blanco”, no cambiará su uso.
“Tiene que utilizarse como se originó, en el modelo que se originó, para espectáculos, y en ese tenor estamos trabajando“, indicó.
El llamado Auditorio del Bienestar, ubicado en el bulevar Colosio, está techado, con estacionamiento, butacas removibles y más de nueve mil metros cuadrados de construcción. A un costado del Centro Deportivo de Alto Rendimiento del Estado.
El Comité de Transparencia de la Secretaría de la Contraloría del Estado de Quintana Roo (Secoes), el 8 de octubre de 2021, aprobó, por unanimidad, clasificar como reservado, por los siguientes cuatro años, el expediente sobre el peritaje que se realizó a las obras del auditorio y la auditoría, lo cual impide revisar la información hasta 2025.
De lujoso a olvidado y sucio
Hoy el lugar, que claro casi 245 millones de pesos, no solo está abandonado sino sucio. Toda la estructura metálica está oxidada. Las lujosas butacas, que nunca se usaron, aunque a simple vista pudieran tener un uso, están deterioradas en los forros de textil.
En la parte superior del inmueble hay butacas con el logo, en letras rojas, del gobierno de Roberto Borge. Los muebles de los baños ya son casi inexistentes. Por supuesto el cableado eléctrico tampoco existe.
Varias de las puertas de cristal templado, se estrellaron. Y ahí quedaron los vidrios hechos pedazos como muestra de la indolencia e impunidad de una obra que nunca se ocupó por supuestas fallas o rencores políticos.