La transición entre los ayuntamientos no está siendo tan fácil como se podría suponer, a pesar de que la mayoría de los alcaldes han sido reelectos.
El problema radica en una “guerra” de cuotas para el reparto de cargos, especialmente aquellos con mayor proyección, como la Secretaría General, la Tesorería o Desarrollo Urbano.
Aunque el morenismo en Quintana Roo es vertical, en la 4T confluyen, desde el inicio, tres partidos y diversos grupos que han pasado por administraciones anteriores, y personalidades más allá de los logotipos.
De hecho, en Quintana Roo, cogobiernan Morena y PVEM (con su variante “Kiwi”), y este bipartito tiene sus complejidades, como cualquier gobierno de coalición. Además, está el PT, que si bien solo representa el 3% de la alianza “Seguimos Haciendo Historia” en Quintana Roo, mete presión desde Ciudad de México.
Incluso, hay ayuntamientos con dos listas de integrantes del gabinete: una morenista y otra verde.
Hasta ahora, las desavenencias se han resuelto en territorio caribeño, pero no tardarían en llegar a la Doctora o al Niño Verde.