Agencias
CANCÚN— Helena Barba Meinecke, la investigadora responsable de Arqueología Subacuática en la Península de Yucatán del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) , ofreció interesantes detalles sobre el hallazgo de un barco hundido, de hace 159 años en las costas del puerto yucateco de Sisal a siete metros de profundidad.
La entrevistada dijo que es el primer barco hundido identificado que transportaba a esclavos indígenas de origen maya en el contexto de la Guerra de Castas, en la segunda mitad del siglo XIX, la cual involucró a indígenas en una guerra contra los criollos blancos, principalmente, de las ciudades más importantes de Yucatán.
El barco fue identificado en el 2017 y, a partir de entonces, se realizó un trabajo arduo, tanto en los archivos históricos provinciales como nacionales de México, Cuba y España, además de la labor en los laboratorios arqueométricos de la Universidad Autónoma de Campeche.
Según dijo, del estudio documental, es decir, de los escritos de la época, de referencias históricas como la del arqueólogo francés Désiré Charnay, quien estuvo entre 1828 y 1915 en la región y vio directamente cómo en el muelle de Sisal y otros puertos, como el de San Felipe, cargaban en esos barcos a indígenas, a los que llamaban indios bravos, explicó.
En entrevista para el noticiero matutino de Radio Fórmula, la arqueóloga señaló que el accidente ocurrió el 19 de septiembre de 1861. Entre las referencias del suceso están los testigos y la información arqueológica de artefactos, que brindan pistas e información, según la cual el barco estalló luego de zarpar de Sisal, a unas cuantas millas.
Hasta el momento están identificados materiales como madera y coral quemados, fragmentos de la caldera de la embarcación, que era un vapor de los usados en el Misisipí, con las ruedas de paleta, sin propela, además de la cubertería de latón para pasajeros de primera clase y otros artefactos “que encontramos in situ”.
La información arqueológica, los análisis, descripciones de los lugareños, quienes tienen una tradición oral de sus bisabuelos, quienes les platicaron que llegaron a ver este accidente, nos llevó a identificar un área general de búsqueda. Posteriormente, ya en campo, hicimos una prospección y se identificó al barco La Unión, de bandera española, manejado por la empresa Sangronis Hnos. y Cía., aseveró.
A partir del 2003, continuó, la Subdirección de Arqueología Subacuática del INAH tiene una base en la ciudad de San Francisco de Campeche, cuyo objetivo es identificar todo lo que tiene que ver con el patrimonio cultural de la región en aguas marinas, ríos, lagos, lagunas, manantiales, esteros, cenotes y cuevas.
Esta investigación está muy avanzada, al igual que otras. Se pudo identificar el nombre, apellido, la historia de muchos de los pasajeros, del capitán del barco, lo que sucedió. Parece sencillo y lo digo en dos minutos, pero es un trabajo de años, continuó.
La profesional habló de 395 naufragios identificados alrededor de la Península de Yucatán y dijo que el trabajo arqueológico en México, al estar adherido a la Convención 2001 de la Unesco sobre patrimonio cultural subacuático, sigue ciertas normas.
Una norma es trabajar y permitir el trabajo in situ y permitir la accesibilidad precisa a este tipo de lugares, ya sea mediante de buceo, iniciativas con turismo o medios virtuales, para registrar todo este tipo de lugares en las nuevas tecnologías, como los paseos virtuales, afirmó.
Con información de Infoqroo