Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
CIUDAD DE MÉXICO.- El pleno de la Cámara de Diputados, reunido en la “sede alterna” de la Sala de Armas de la Magdalena Mixiuhca, aprobó esta madrugada en lo general la reforma al Poder Judicial de la Federación (PJF) por 359 votos en favor y 135 en contra, luego de una sesión que se extendió a lo largo de once horas.
Los diputados de oposición resaltaron una y otra vez que participaban en la sesión ad cautelam (con reservas) y que ésta no debía llevarse a cabo, debido a la existencia de dos órdenes de suspensión emitidas por jueces de distrito, que impedían, según argumentaron, llevar a cabo la discusión del proyecto.
Los panistas le exigieron a la Mesa Directiva, coordinada por Sergio Gutiérrez Luna, que se diera cuenta de la existencia de los mencionados amparos, para dejar constancia del sentido de la orden de los jueces.
Lo anterior pese a una tercera suspensión a un amparo concedido anoche mismo, en el mismo sentido que las dos anteriores, otorgada también por la jueza quinto de distrito con sede en Morelos, Martha Eugenia Magaña López, quien ya concedió uno de los amparos previos.
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En un debate que subió de tono, el panista Germán Martínez Cázares presentó una moción suspensiva del dictamen (finalmente rechazada) en la cual argumentó que no todos los jueces sean corruptos, y señaló en defensa de los juzgadores, que “aquí el único que ha soltado a un criminal confeso, a Ovidio Guzmán, se llama Andrés Manuel López Obrador”.
Durante el posicionamiento del PAN en contra de la reforma, la diputada Paulina Rubio subrayó –rodeada de sus compañeros, y en medio de gritos de “¡resistencia, resistencia!”– que la reforma del PJF se trata en realidad de “una venganza del Presidente contra un Poder Judicial que no se dobló ni se agachó, y que le puso límites al Poder Ejecutivo. Atreverse a decirle que no es el gran pecado del Poder Judicial”.
En una improvisada tribuna, los representantes del PT y el PVEM rechazaron la validez de los amparos concedidos por un par de jueces de distrito para evitar que se discuta la reforma al PJF, al tiempo que aseguraron que todos los señalamientos y posturas sobre el tema fueron escuchados, como lo demuestra el hecho de que se realizaron más de 100 modificaciones al dictamen original.
La réplica más fuerte a la oposición, sin embargo, provino del coordinador de la bancada de Morena en San Lázaro, Ricardo Monreal Ávila, a quien los panistas le volvieron la espalda mientras hablaba.
“El pueblo está harto de la dictadura de la toga y el birrete, de la corrupción y el nepotismo en el Poder Judicial, y por eso no vamos a titubear: vamos a ir a fondo con esta y todas las 20 reformas constitucionales” que propuso López Obrador el pasado 5 de febrero, dijo.
Al resaltar que la iniciativa busca un cambio profundo en el sistema judicial del país, el también presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara recalcó: “una élite ilustrada juzgaba antes con criterios parciales y económicos; ahora, los jueces serán abogados mexicanos comunes, con sentido de respeto a los derechos humanos, pero también con percepción de la realidad social”.
Información en Proceso/ La Jornada