Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
CIUDAD DE MÉXICO.- En las redes sociales circula un video donde el defensa de las Chivas y campeón del mundo Sub-17, Antonio Briseño, manda un saludo a Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En el video, que dura siete segundos antes de interrumpirse, Briseño dice:
“Hola, Nemesio Oseguera Cervantes, ¿cómo estás? Te habla tu amigo Antonio ‘Pollo’Briseño y quiero agradecerte (…)”
En el perfil de Briseño, en la plataforma, aparece otro video del jugador rojiblanco donde viste la misma ropa con la que aparece saludando a “El Mencho”.
“Hola, amigo ¿cómo estás? Te quiero agradecer mucho tu aportación a Campeones con Causa, de verdad se agradece muchísimo cualquiera que sea el motivo siempre por ayudar a esos niños que lo van a necesitar para darles valores y talleres es bienvenido. Te mando un fuerte abrazo y claro que sí, arriba las Chivas. Saludos”.
Briseño anunció hace unos días su incorporación a Famosos.com. Informó que cualquier persona podía comprar un saludo de él por la cantidad de mil 80 pesos, que serán donados a la fundación Campeones con Causa.
“El Mencho” es uno de los capos más buscados de México.
Futbol y crimen organizado
Esta no es la primera vez que un futbolista o el medio del futbol se vincula con el crimen organizado. El caso del exportero del Monterrey, Omar “El Gato” Ortiz, actualmente preso por colaborar con un grupo de secuestradores es un ejemplo.
Esta semana en su edición impresa, Proceso publicó un reportaje sobre las amenazas que un grupo de supuestos aficionados, justamente del Monterrey, lanzaron a los directivos y entrenador de ese club: colocaron unas hieleras con los recortes de los rostros de Duilio Davino, José González Ornelas y Javier Aguirre, con señales de golpes y mancha rojas simulando sangre.
Este fenómeno es una “cartelización de la violencia en el futbol”, según lo definió el investigador de la UNAM, Hugo Sánchez Gudiño, quien durante 25 años ha estudiado este tipo de casos.
Desde su perspectiva, este acto habla de la infiltración silenciosa de los narcotraficantes en el futbol mexicano.