Francisco Javier Robles/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- Por más que se pretende reactivar el centro de la ciudad y darle otro rostro, el problema del grafiti sigue representando un obstáculo para la autoridad, pues ofrecen un aspecto de tétrico abandono al primer cuadro del destino.
Locatarios y particulares nada pueden hacer ante los constantes “ataques” a sus propiedades por parte de grupos de bandoleros y delincuentes callejeros que generalmente operan por la noche y madrugada.
Grandes y chicos, comercios, instituciones bancarias, edificios públicos y viviendas son pintarrajeados todos los días por igual en zonas populares, avenidas importantes, concurridos mercados, y hasta frente al ayuntamiento.
¡“Nadie sabe, nadie supo”! Hasta la Policía Preventiva está imposibilitada para actuar; simplemente desconoce quiénes lo hacen, a pesar de que estas pintas ilegales se realizan desde hace muchos años.