Redacción/Noticaribe Peninsular
MILÁN.- El tenor italiano Andrea Bocelli ofreció un recital virtual por la esperanza desde la catedral de Milán en el domingo de Resurrección, en medio de la pandemia por COVID-19.
La actuación en solitario de Bocelli titulada Music for Hope, sin público ni aplausos en vivo, hecho para el público desde su casa, otorgó a los internautas “un mensaje de amor, curación y esperanza para Italia y el mundo”. Más que un concierto, fue una plegaria del cantante.
“En el día en que celebramos la confianza en una vida que triunfa, me siento honrado y feliz de responder ‘sí’ a la invitación de la ciudad y de la catedral de Milán. Creo en la fuerza de rezar juntos, en la Pascua cristiana, un símbolo universal de renacimiento que todos, sean creyentes o no, realmente necesitamos en estos momentos.
“Gracias a la música, transmitida en vivo y que reúne a millones de manos juntas en todo el mundo, abracemos el corazón palpitante de esta tierra herida, de esta maravillosa fragua internacional que es motivo de orgullo italiano. Un Milán generoso, valiente y proactivo, y toda Italia, volverán a ser, muy pronto, un modelo ganador, motor del renacimiento. Es un placer presenciarlo en la catedral durante la celebración de la Pascua que evoca el misterio del nacimiento y el renacimiento”, expresó Andrea Bocelli previo a su canto, mientras su voz se acompañó de las imágenes de una Italia desierta, debido a la cuarentena ante el coronavirus, mostrando sólo la magnífica arquitectura que caracteriza a Italia.
Durante 28 minutos con 45 segundos a través de sus redes sociales, entre ellas su canal de YouTube desde donde puede ser nuevamente reproducido de manera gratuita, el tenor italiano ofreció un sentido recital ante dos millones 801 mil personas que lo vieron en tiempo real.
Inició con Panis Angelicus (de Messe Solennelle Op. 12, FWV 61), que César Franck compuso para tenor en 1872 y que forma parte de los cinco himnos escritos por Santo Tomás de Aquino para la Fiesta de Corpus Christi.
Las bancas de la catedral de Milán lucieron vacías y sólo retumbó en sus paredes la voz de Bocelli acompañado del organista oficial Emanuele Carlo Vianelli. Las imágenes de diferentes ciudades como Bergamo y Brescia aparecieron.
El Ave María –CG 89a (arr. de Johann Sebastian Bach, Prelude no. 1, BWV 846), con melodía de Charles-François Gounod– y Sancta María (arr. de Cavalleria Rusticana, Intermezzo), de Pietro Mascagni fueron interpretadas por Andrea Bocelli con una emoción a pleno, así como Domine Deus (de Petite Messe Solennelle), de Gioachino Antonio Rossini.
Andrea Bocelli salió de la desértica catedral de Milán y frente a ella interpretó Amazing Grace, el himno cristiano publicado en 1779 y escrito por el clérigo y poeta inglés John Newton.
En una imagen sin precedentes, Milán lució vacía y silenciosa ante la voz de Bocelli. Con este último himno, que habla del perdón y la redención del ser humano, se mostró el vacío en las calles de París, Londres y Nueva York, y así finalizó la plegaria del tenor italiano.