Como era de esperarse, candidatos y partidos se pasaron de vivos con las acciones afirmativas.
El desorden, se podría decir, inició con la nominación de la cancunense Anahí González como cuota indígena en la fórmula para el Senado de Morena.
Y como suele ocurrir, el mal ejemplo cundió y llegó a las candidaturas a cargos locales, es decir para presidencias municipales, sindicaturas y regidurías, así como diputaciones al Congreso del estado.
Muchos candidatos formalizaron candidaturas como acciones afirmativas para personas con discapacidad.
Y de repente, los enterados como de candidatos con discapacidad que no lo habían manifestado antes y ahora lo hacen cuando se puede acceder a un cargo de acción popular como acción afirmativa.
El Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) pretendió poner un alto y mandó a revisar candidaturas de personas que no protestaban una discapacidad.
Pero, en el Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo) batearon el asunto y le dieron entrada libre a todos los candidatos que manifestaron padecer una discapacidad con cualquier certificado médico.
Sin problemas el Teqroo dio entrada a discapacidades de disminución visual y auditiva y cosas por el estilo.
La realidad es que este Tribunal es una pachanga y sus determinaciones terminan siendo materia de memes.
Ya que el Teqroo no tiene que cuidar ningún prestigio, pues lo perdido desde hace mucho.