Por: Jorge A. Martínez Lugo
El presidente Andrés Manuel López Obrador, se expresó hoy en la conferencia de prensa mañanera, de manera severa y contundente sobre el nepotismo en las internas de Morena en Quintana Roo:
A pregunta expresa de conocido periodista por encargo, AMLO respondió:
–“Son lacras de la política del viejo régimen que se tienen que ir desterrando”.
–“El amiguismo, el influyentismo, el nepotismo, todas esas lacras, son prácticas arraigadas…”
–“Tienen derecho de acuerdo a la Constitución, pero ¡no!”
–Porque es inmoral, puede ser legal, pero no moral; la política es un imperativo ético”
Remató el presidente en la mañanera, muy a su estilo, independientemente de que sus palabras puedan tener algún efecto, o simplemente, apechugar y dejar que pase el temporal, al fin de que ya le tomamos la medida al presidente, para decir que sí, aunque no.
Y luego amplió sus expresiones sobre la honestidad de los gobernantes.
ELECCIÓN EN MORENA, SIN NOVEDAD
No esperábamos más, tampoco se lo dieron a la sociedad. Una dirigencia entre familia, muy de grupo, excluyente de los otros grupos, que ya pintan tribus.
Parientes, parejas, hijos, mamás, papás, cuñados, concuños, de una sola rama familiar, excluyendo a las otras que conforman Morena.
La “cultura de la tribu” se impuso. La gobernadora electa Mara Lezama supo operar el proceso, en escenarios cambiantes y pudo coronar una dirigencia “marista”. ¿Valió la pena?
Lo que vivimos este domingo y en días pasados dentro de Morena, es reflejo de la crisis sistémica de nuestros partidos políticos todos.
Un grupo hegemónico acapara todo, repartiéndoselo entre un grupo de familiares y círculo íntimo.
La democracia interna, la vida de partido, no surge de procesos de discusión o análisis interno, sino decisiones que se toman y luego se “cabildea” para que todos aprueben o simplemente se tira “línea” y se acata. La cultura del “dedazo” y la “línea” a todo lo que da. ¿o no?
Morena actúa como un partido de Estado, como lo fue del PRI, pero en realidad (sólo) es un partido “del presidente”. Que dependen sus votos del presidente.
Por lo cual se infiere, desaparecerá cuando salga AMLO de la Presidencia (aunque no se irá del todo; seguirá actuando en política).
Pero Morena hasta ahí llegó, incluso, podría llegar a perder su registro después de 2024. Resultado de la auto fagocitosis.
Y si revisamos, todos los partidos están así, sin excepción. Casos extremos, que ni siquiera se calientan la cabeza en simular una democracia interna, son el Verde, PRD, el propio PRI, PT, MC.
Son partidos franquicias usufructuadas por una de las tribus o de plano por un dueño, como son los casos extremos del Verde, PT, MC.
Mientras esto sucede, Quintana Roo se sigue preparando para el 25 de septiembre, cuando comience la era de la 4T, bajo el liderazgo de Mara Lezama Espinosa. Usted tiene la última palabra.