La transparencia es motivo para que vuelvan a parecer dos “morenas”.
Y es que la designación -que quedó en suspenso- del comisionado del Instituto de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales de Quintana Roo (IDAIP), los diputados de Morena apoyan a dos candidatos diferentes.
Por una lado, siete de los nueve diputados de Morena respaldan a Sergio Avilés Demenegui, hasta hace unas semanas consejero del Ieqroo y que es identificado con los exgobernadores Roberto Borge y Félix González.
Mientras que, otras das diputadas morenistas respaldan a Cristina María Piña Avilés, actual titular de la Unidad de Transparencia de la Secretaría Particular del Ejecutivo y, por obvias razones “carta” de la “22 de Enero”.
Piña Avilés también es apoyada por otros ocho diputados de, precisamente, los partidos que están en torno del Gobierno estatal.
Pero, para resultar electo se requieren 17 votos. Avilés tiene el respaldo de 14 diputados: siete Morena, seis del PT y PVEM, y obtuvo de última hora, el de José Luis Guillén, del pendular MAS.
En tanto, Piña tiene 10 votos, incluidos de las de morenistas Reyna Durán, presidente de la Jugocopo, y Fernanda Trejo. (Por cierto, los priistas Carlos Hernández y Judith Rodríguez se excusaron para votar por conflictos de interés en relación con dos de los demás aspirantes).
El “grupo de los siete” rechazan a Piña Avilés “por ser del Gobernador” y Durán y Trejo están en el bloque del PAN-PRD que ubican a Avilés Demenegui con González Canto y Borge Angulo y un “regreso al pasado”.
En esta elección,“el balón está en la cancha” de la alianza morenista -que incluye al PVEM y PT- pero las cosas se pusieron muy complicada entre diputados “guindas”, y hasta han intervenido liderazgos más allá de la bancada Morena.
El delegado del Gobierno federal, Arturo Abreu, y la alcaldesa Mara Lezama hicieron llamadas para tratar de convencer a diputados de Morena que respalden Cristina María Piña Avilés, pero no tuvieron éxito y hasta hubo roces entre algunos legisladores con la Presidente Municipal.
Otra vez, las tareas del Congreso del estado quedan estancadas por conflictos al interior de la bancada de Morena.
Pero, no necesariamente en esta ocasión el conflicto es por asuntos estrictamente de Morena. En esta elección del titular del IDAIP están divididos entre una opción que representa al” felixismo-borgismo” y otra que es del actual gobierno estatal.
La lucha entre el “feliximo-borgismo” y el “joaquismo” o “neojoaquinismo” sigue, pero ahora protagonizado por “actores” dentro de Morena.
Es lo que se podría llamar, “cambiar para seguir quedando igual”.