Este viernes, Quintana Roo llega, como los otras otros 4 lugares señalados como de mayor incidencia del COVID-19 del País, a la cima de los contagios.
Aunque, desde el pasado 2 de mayo, el subsecretario Hugo López-Gatell, informó que Cancún debió de haber llegado a su punto máximo de casos el pasado jueves 30 de abril.
Pero, acotó que de acuerdo con información que le ha proporcionado la titular de la Secretaría Estatal de Salud (Sesa), Alejandra Aguirre Crespo, aún no se presentaba la disminución de contagios.
Y volvió a corregir:
“Me comenta (Aguirre Crespo) que todavía no se manifiesta en los datos observados, este punto de inflexión, este punto de disminución, pero ha notado una menos afluencia, una estabilización por los menos de la afluencia de pacientes”.
Luego, dio una nueva versión y señaló que este 8 de mayo se llegaría la cima de los contagios en la zona metropolitana del Valle de México, Baja California, Sinaloa, Tabasco y Cancún, los lugares de mayor incidencia y la curva empezaría a “aplanarse”.
Luego entonces, como diría el propio Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, a partir de mañana empezarán a disminuir los contagios, que hasta ayer eran 994, con 167 defunciones en Quintana Roo, que en ambos mediciones, el 75 por ciento han sido en Cancún.
Pero, hasta ahora solo están los dichos del Subsecretario, replicados casi en automático por autoridades estatales, frente a una realidad cada vez más dramática en Quintana Roo.
Pero, se ve difícil que se cumpla el nuevo pronóstico. Tampoco hay certeza que las cifras que proporciona López-Gatell sean las ciertas, al menos del caso de Quintana Roo.
No se o sabe si se han aplicado pruebas, no se sabe cuándo quedarán concluidos los hospitales “móviles”, no se sabe cuáles fueron han sido decesos por neumonía “atípica” y cuáles por COVID-19, no sabe cuántos ventiladores hay y, lo que es aún más dramático, no se sabe de la titular de Sesa.
Lo más seguro, dirían los clásicos, es que “puede ser o no” que hoy no sea el “pico de la pandemia” en Cancún.
Y si no lo es, ya López-Gatell, seguramente tendrá una muy buena excusa.