Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
CHETUMAL.- Ante los “errores” que cometió la empresa concesionaria del Tren Maya del tramo 6, al rellenar una parte del estero de Chac, un delicado cuerpo de agua que interconecta la Laguna de Bacalar con el Río Hondo, la sociedad civil de los municipios de Othón P Blanco y de Bacalar han actuado con “un enorme sentido de responsabilidad cívica” al organizarse para exigir que se detenga esa relleno, destacó Josué Osmany Palomo Hoil, presidente de Aliarse Quintana Roo Zona sur.
El dirigente empresarial calificó como “un ejemplo de lo que debemos hacer en otros temas”, la forma como se organizaron profesionistas, empresarios, ejidatarios, prestadores de servicios turísticos, regidores de ambos municipios, ante la afectación que provocaría a la Laguna de Bacalar y a todo el entorno hidrológico de la cuenca de la Laguna de Bacalar – Chetumal, el relleno del estero de Chac.
El Estero de chac es una afluente de agua que se conecta desde la Laguna Mariscal hasta un desemboque en el Río Hondo, con una distancia aproximada de 20 kilómetros, que en su ruta descarga sus aguas también en Laguna Milagros.
Josué Osmany Palomo Hoil consideró que el impacto ecológico ante este tipo de “errores” por el desconocimiento del personal de ingeniería militar y de las empresas concesionarias, “que desconocen el entorno ambiental de la zona”, pudo haberse evitado si se hubiera realizado una adecuada socialización del proyecto, independientemente de la consulta pública que como ente promoverte realizó Fonatur.
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“Desafortunadamente”, dijo, “ese desconocimiento provocó este “error” que pudo haber ocasionado un desastre ambiental si la ciudadanía no reacciona de forma inmediata en la forma como lo hizo.”
Osmany Palomo Hoil exhortó a la sociedad civil a levantar la voz ante otros temas, como por ejemplo, en el caso de la sábana de Chetumal, localizada al este de la zona urbana de la ciudad y cuyo flujo hídrico fue interrumpido por un puente que supuestamente sería temporal cuando se construyeron viviendas en esa zona.
“El puente de la sabana es un ejemplo de lo que no debió hacerse”, asentó Josué Osmany, por lo menos no en un puente rellenado,“y ante el daño ecológico que ha ocasionado debemos organizarnos para exigirle a las autoridades medidas de compensación, y mayor infraestructura en torno a las zonas naturales que fomenten su aprovechamiento de una forma sustentable.
Porque además, finalizó, hay que recordar, que la sabana es el único desemboque natural de agua que podría evitar que en temporadas de lluvias se generen inundaciones en colonias como la Bicentenario y Caribe.”