Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
BERLÍN.- Alemania estrena a partir de este lunes una norma de obligado cumplimiento para todos los ciudadanos que está llamada a modificar el paisaje visual de la población, un aspecto más de la denominada nueva normalidad a la que el coronavirus está conduciendo a nuestras sociedades. Tras una primera medida de reactivación de la vida pública iniciada el lunes 20 de abril con la reapertura de comercios de menos de 800 metros cuadrados, desde hoy es obligatorio llevar mascarilla en los transportes públicos y dentro de las tiendas, si bien en dos länder (Berlín y Brandemburgo) la regla es sólo para el transporte público. En Sajonia, Sajonia-Anhalt y Turingia, la doble norma ya entró en vigor la semana pasada; y en Schleswig-Holstein arrancará este miércoles.
Como en Austria, que implantó este sistema el 14 de abril, también en Alemania no será necesario que sean mascarillas sanitarias o quirúrgicas; pueden ser cubrebocas de tela, y se acepta llevar tapadas boca y nariz con un chal o un pañuelo. El Gobierno federal y los 16 länder (estados federados) aconsejaron encarecidamente la mascarilla tras su última reunión de ajuste de reglas antivirus el pasado 15 de abril. Pero faltaba que cada land dictara su obligatoriedad en su territorio, en un ritual que se ha venido repitiendo desde el comienzo de la crisis sanitaria en este país de estructura federal. La canciller Angela Merkel y los presidentes de los länder se reúnen por vía telemática, y pactan medidas. La próxima reunión está prevista para este jueves 30.
El recurso a la obligatoriedad de la mascarilla para intentar frenar contagios podría permitir en el futuro una mayor reapertura en este país, donde nunca se decretó un confinamiento total como en Italia o España.
Pero las medidas de alivio del aislamiento social adoptadas por las autoridades llegan con sus dosis de tensión, pues algunos länder tienen prisa por desescalar, y los virólogos alertan de una segunda oleada de propagación del virus. Es decir, se afronta el dilema entre reactivación económica y salud pública que amedrenta a todos los gobiernos del mundo al gestionar una situación que se anuncia larga. El sector hostelero, por ejemplo, protestó el viernes en Berlín colocando cientos de sillas vacías ante la Puerta de Brandemburgo.
UNA SEGUNDA OLEADA
Los virólogos alertan de un rebrote si se levantan restricciones demasiado pronto
Hasta ahora, Alemania ha asombrado al mundo por su eficiente gestión de la crisis sanitaria y por sus cifras relativamente bajas de fallecidos por o con la COVID-19.
El Instituto Robert Koch (RKI), el organismo encargado del control y prevención de enfermedades, registra 154.175 casos de coronavirus y 5.640 fallecimientos.
Ambas cifras suponen un incremento respecto a la jornada anterior, pero el análisis de la evolución de los últimos días indica que la curva de contagios se ha aplanado, y, aunque la tasa de letalidad va subiendo (es ya del 3,6%), sigue siendo mucho más baja que en otros países.
En este contexto, el sistema sanitario alemán no se ha visto nunca desbordado. Los hospitales empezaron la crisis con 28.000 camas con respirador en sus UCI, y ahora tienen 40.000, de las que unas 11.000 están sin utilizar todavía. Y desde el 27 de enero, cuando se detectó el primer brote, se han realizado unos dos millones de tests.
Pero, como alertó la semana pasada Lars Schaade, vicepresidente del RKI, hay un claro peligro de rebrote de contagios “si el conjunto de medidas restrictivas son suprimidas de modo precoz”. Schaade fue contundente: “No debemos bajar la guardia”. Un sondeo de la cadena pública ZDF indica que el 55% de alemanes respalda el levantamiento gradual de restricciones previsto, mientras que el 13% querría más reapertura, y el 30% cree que se está reabriendo demasiado pronto.
LA NUEVA NORMATIVA
Los alemanes deben llevar cubrebocas en el transporte público y dentro de las tiendas
La propia canciller Angela Merkel se expresó con firmeza el jueves en el Bundestag (cámara baja del Parlamento). “Nadie quiere oírlo, pero es la verdad. No estamos en la fase final de esta crisis; estamos todavía al principio. Tendremos que vivir con este virus durante largo tiempo”, dijo Merkel, que criticó el modo en que algunos länder se han apresurado a aplicar el aligeramiento de restricciones pactado con el Gobierno federal. “La implementación que se ha hecho hasta ahora me preocupa; me parece que en parte es muy enérgica, por no decir demasiado”, afirmó.
Merkel no dijo a qué se refería en concreto. Pero, por ejemplo, en la última reunión Gobierno-länder se acordó que las escuelas volverían a abrir, de manera gradual y por tramos de edad, a partir del 4 de mayo. Pese a ello, en algunos länder empezaron algunos cursos el pasado lunes 20 de abril, y otros pocos comenzarán algunas clases hoy.
La canciller científica –es doctora en Fisicoquímica– se muestra estos días irritada por los intensos debates sobre cuándo y cómo levantar restricciones, que en una reunión interna de su partido democristiano bautizó como Öffnungsdiskussionsorgien (orgías de debate sobre apertura). La palabreja trascendió y, aparte del general regodeo por el tic sexual, le ha procurado a Merkel críticas por tendencialmente poner en cuestión que se debata este tema.