Francisco Javier Robles/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- Este mes se hará un trabajo de evaluación -“ahora sí”- profundo, honesto y crítico de la crisis por la que atraviesa el Partido Revolucionario Institucional en Quintana Roo, sostuvo Uriel Jarquín Gálvez, secretario de Comunicación Institucional del CDE del PRI.
Asegura que en las mesas de trabajo y diagnostico a realizarse en Cancún el 30 de agosto, en Playa del Carmen el 31 de agosto y en Chetumal el 1 de septiembre, se pondrán las cartas sobre la mesa de manera contundente y sin tapujos, evidenciando la realidad del partido.
“Vamos a hablarnos con la verdad, porque lo que al PRI le ha faltado es que tengamos capacidad para decirnos las cosas de frente, y que dejemos las simulaciones de lado. La única forma de revertir la situación, es hablando con la verdad y trabajar en función de lo que la gente quiere”.
En cuanto al sonado cambio de siglas y logotipo, “si el análisis de la militancia a nivel nacional nos lleva en esa dirección, posiblemente podría pasar; pero en la última asamblea, fue una de las cosas que se descartaron”.
Aceptó que muchos militantes y operadores tricolores son “villamelones” convenencieros que en procesos electorales se venden al mejor postor, ya que “cuando hay elecciones voltean a ver a los otros, porque son los que tienen el dinero. Cuando acaba la elección, entonces voltean a ver al partido. Esa es la disputa que tenemos ahora”.
Entrevistado en sus instalaciones, consideró que los fantasmas de Enrique Peña Nieto y Roberto Borge Angulo siguen afectando seriamente al partido, pues son utilizados por el partido en el poder para responsabilizarlos hasta de los problemas actuales de inseguridad y crisis económica.