Aguakán insiste en legitimarse políticamente.
Y es que simplemente, la concesionaria no logra limpiar su imagen, tras años de mal servicio, tarifas elevadas y trampas a los usuarios.
Aguakán sigue en el ojo de huracán y se sostiene con las uñas.
Pero, ahora Aguakán además hace política, o más bien está en la politiquería, como si fuera aspirante a un puesto.
Y también va a hacer sus festivales del Dia de La Madre tipo Alberto Batún o Susana Hurtado.
Pero el veredicto popular ya está dado desde hace mucho: ¡Aguakán no!