Parece que no está siendo tan buena idea la de la reelección masiva de los alcaldes morenistas.
A tropel tooodos los alcaldes del partido guinda se fueron a registrar para la reelección, sin ninguna consideración sobre su desempeño.
Y es que, algunos están realmente reprobados, pero aún así se registraron para seguir otros tres años como presidentes municipales.
El dominio de la “marca” Morena en Quintana Roo es la que hace todo.
Pero una reelección implica, según los que saben, un premio o un castigo para los representantes populares.
Y todos los alcaldes guindas sienten que merecen el premio de la reelección.
No importan situaciones, como las protagonizadas por Yensunni Martinez y el deterioro de los servicios públicos de Chetumal, o por Mary Hernández e invitar a una fiesta privada un personaje de televisión pagada con recursos públicos o por Blanca Merari Tziu y la corrupción desbordada. No importa.
Tampoco, ningún morenista tiene “chance” de retar a su compañero alcalde.
Morena adolece de reglas para unas elecciones internas, lo que lleva al “dedazo”. El Partido tiene una estructura vertical y los aspirantes tienen de dos sopas.
Si bien el morenismo acorta “trámites” al mandar sus alcaldes a otro trienio, entre los votantes no está bien vista la reelección y menos cuando van en “moloch”.
Mara, Laura y Otoniel
En 2021, Morena tenía tras presidencias municipales (Cancún, Playa del Carmen y Chetumal), de las cuales solo un caso hubo reelección.
La hoy gobernadora Mara Lezama se reeligió, mientras que Laura Beristain, quien también buscó otros tres años mandato perdió ante (la panista) Lili Campos. En tanto, Otoniel Segovia, de Chetumal, no se postuló.
Pero para 2024, se trata de una situación más visibles; van por otros tres años casi todos los 10 alcaldes de la 4T (de Morena y Verde).
De alguna manera, la reelección, como valor democrático le meterá más ruido al chicharrón.
Y, se pondrá a consideración de las alcaldes-candidatos si se merecen la reelección.