Mario A. Millán Cabrera
Apenas dejó el diputado Renán Sánchez Tajonar la presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del Estado, las puertas del edificio de “Punta Estrella” se abrieron de par en par para dar paso al reencuentro entre ciudadanos y sus representantes populares.
Durante todo un año, el junior cozumeleño mantuvo a “raya” a todo aquél ciudadano con ropa de “paca” o de “bazar” que llegaba a buscarle a él y a los otros legisladores para pedirle su apoyo para surtirle tan sólo una simple receta médica.
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La gente, e incluso, los medios de comunicación, no podían ingresar al recinto legislativo si no era por autorización de los colaboradores de Sánchez Tajonar, aún cuando se trata de un edificio público, un edificio del pueblo y para el pueblo.
Parece que las cosas empiezan a adquirir un sentido social distinto al de quien pretende ir sólo , sin alianza, a la presidencia municipal de Cozumel.
Las puertas del Congreso del Estado se han abierto y nunca debieron estar cerradas para un pueblo que votó para que sus diputados velarán por su bienestar y no para que se avergonzaran de ellos.
Por cierto, previo a dejar la presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, Renán Sánchez Tajonar barrió hasta el polvo de la oficina y, para ello, hechó mano, el fin de semana (día de descanso), de los empleados legislativos. Lo que no pudo llevarse fue incinerado, así, literalmente.
Tal vez, el diputado Humberto Aldana Navarro, como presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, traiga una mejor visión de lo que representa el Congreso del Estado para los quintarroenses. ¡Esperemos! Nos leemos en la próxima entrega.