Agencias
CANCÚN.- Aunque no existe un número exacto de delfines en cautiverio en Quintana Roo, la XVII Legislatura estima que existen 450 de estos mamíferos en diferentes delfinarios de la entidad; ante ello, las y los diputados realizaron un respetuoso exhorto al Senado de la República para que agilice la prohibición de utilización de estos animales con fines de explotación.
En la Sesión No. 14 del Primer Periodo Ordinario del Segundo Año de Ejercicio Legislativo, el Congreso del Estado justificó la urgente resolución, pues “en el estado de Quintana Roo la situación es crítica, de los 33 delfinarios registrado en el país, 18 delfinarios (54.5%) están en nuestro estado, en condiciones precarias y piscinas de hoteles. Los delfinarios no están diseñados para albergar mamíferos marinos en condiciones de bienestar animal…”.
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Por ello, la XVII Legislatura consideró de suma importancia darle celeridad a los “procesos de dictaminación para la iniciativa de Ley inscrita en la Gaceta del Senado el martes 13 de diciembre del 2022/LXV/2PPO-75-3150/131376 para la creación de santuarios marinos y la prohibición del cautiverio de mamíferos marinos para entretenimiento y su reproducción que ha inscrito la Senadora Rocío Adriana Abreu Artiñano del Grupo Parlamentario de Morena y la Senadora Verónica Delgadillo García del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano”.
La iniciativa propone establecer que se prohíbe la utilización de ejemplares de mamíferos marinos en espectáculos fijos o itinerantes, así como cualquier actividad que las involucre en actividades que no tengan por objeto la investigación científica y la educación superior acreditada. También prohíbe todo aprovechamiento en vida de cualquier mamífero que no tenga por objeto la rehabilitación y reintegración a su hábitat natural. La realización de cualquier actividad que no constituya las enunciadas anteriormente constituirá un delito.
La bióloga Rebeca León Castro, comenta que “cuando un delfín se desliza fuera del agua para que turistas se hagan selfies con él o lo toquen, está ‘encallando’. En la naturaleza, el encallamiento puede ser mortal, por lo que imitar esta situación innumerables veces al día puede ser física y mentalmente estresante”.
Para abundar el tema, el sitio ambientalista “World Animal Protection” especifica que los delfines en cautiverio sufren enormemente. Estas son algunas de las dificultades por las que pasan:
Los delfines utilizados en turismo son reproducidos en cautiverio y separados de sus mamás a edades muy tempranas; esto traumatiza tanto a la madre como a la cría e inhibe el aprendizaje natural. Los tanques para delfines en cautiverio son 200 mil veces más pequeños que su espacio natural; diseñados exclusivamente para que los humanos puedan observarlos, no permiten la estimulación mental de los delfines.
Los delfines en cautiverio son “entrenados” con privación de alimentos y siendo forzados a realizar trucos. La dieta típica de un delfín en cautiverio consiste en pescado congelado, privándolos de su comportamiento de caza natural.
Muchos delfines en cautiverio responden a sus vidas estresantes con comportamientos que rara vez se ven en la naturaleza, como rechinando sus dientes, moviendo su cabeza repetitivamente y nadando en círculos. Los delfines cautivos pueden vivir más de 50 años, pasando toda su vida bajo condiciones traumáticas.
SIM