Por: Fabián G. Herrera Manzanilla
Paulatinamente cronos nos acercaron hoy, a un aniversario más de la fundación de Payo Obispo hoy Ciudad Chetumal; asentamiento humano que se remonta al esplendor de la civilización maya en lo que fuera el cacicazgo de “Chactemal” y sólo los vestigios existen de los infructuosos intentos realizados por los españoles, por levantar y consolidar una ciudad novohispana al norte de la capital.
Y fue un 5 de Mayo de 1898, cuando el Subteniente de la Armada, Tomás Othón Pompeyo Blanco Núñez de Cáceres, declaró fundada oficialmente Payo Obispo, ciudad que surge a la orilla de la apacible bahía y entre el verdor del manglar, adornado y perfumado por los frescos olores de la caoba, el cedro y el ciricote, cuyos primeros pobladores demostrarían con el transcurrir del tiempo un acendrado amor al terruño, vislumbrando un futuro prominente para su estirpe.
Su nombre primigenio, obedeció en respeto a la tradición histórica que decía que, en este lugar, fue el punto en que se detuvo por algunas horas una expedición evangelizadora enviada por el Obispo de Guatemala Fray Payo Enríquez de Rivera, tal como nuestro fundador lo aseveró en 1936 y existen evidencias documentales de que tierra adentro existió una población con el mismo nombre en 1783.
Difundir este importante acontecimiento, contribuye a preservar y conservar las raíces históricas, que son la herencia que los antiguos nos heredaron, pero ante todo, para hacer florecer el valor de la gratitud, que imperaba entre los payobispenses, que hoy parece haberse disipado no sólo en cuerpo, sino también en alma y pensamiento entre las actuales generaciones.
Porque ellos siempre fueron agradecidos y generosos, demostrándolo nombrar en su honor la Avenida aún conserva en la actualidad el nombre de nuestro fundador. Sería hasta Febrero de 1927, que retornaría a Payo Obispo en un viaje para inspeccionar los servicios navales del territorio, recibiendo una calurosa recepción por parte de los payobispenses que con júbilo exclamaron: ¡VIVA EL FUNDADOR DE PAYO OBISPO!, levantando pancartas con frases: “ESTE PUEBLO POR TI FAVORECIDO, HOY TE DEMUESTRA QUE NO TE ECHO EN EL OLVIDO”.
El general Rafael E. Melgar, Gobernador del Territorio, de 1935 a 1940, gestionaría ante el Presidente de la República, Lázaro Cárdenas del Río, el cambio de nombre de la ciudad y el de otras poblaciones, enviándose al Congreso de la Unión el 15 de Diciembre de 1936 la iniciativa correspondiente, abandonando el nombre de Payo Obispo por el de Ciudad Chetumal, el 30 de Enero de 1937, retomando así el vocablo españolizado durante la conquista; destaca también el gobierno melgarista por otorgarle un reconocimiento a la altura al fundador de la ciudad, nombrando al renovado campo de aviación capitalino como Puerto Aéreo “Othón P. Blanco” en noviembre de 1940, expresando el Contralmirante Blanco su beneplácito al general Melgar, reconociéndole a la vez las grandes obras y acciones realizadas en el territorio y en especial en la capital; dos hombres sin duda, que resaltan en los reglones de la historia quintanarroense.
Indeleble permanece el homenaje que en vida se le rindió a Don Othón P. Blanco el 30 de septiembre de 1956 en el desaparecido Estadio “Ignacio Zaragoza”, mediante un festival en el cual los habitantes le demostraron una vez más la gratitud y reconocimiento como nuestro fundador. En la corta pero destacada administración de Rufo Figueroa, se construye el campo de beisbol “Othón P. Blanco” en 1966 hoy “Nachan Ka´an”, espacio deportivo que debe preservarse en su color original, por ser un bastión del deporte que data de la etapa territorial estar en buen estado y reactivarlo no solamente para conciertos de música.
Correspondería a los antiguos tomar la iniciativa para erigir el primer monumento a nuestro fundador; a principios de 1967 se integró un comité presidido por Juan Villanueva Rivero, Audomaro Castillo Herrera, como Secretario y Eliezer Castro Souza en representación de la CNOP, con el fin de convocar a los habitantes para que contribuyeran económicamente, haciendo posible se inaugurara una modesta pero importante efigie de Don Othón P. Blanco, frente al muelle fiscal entre la calle 22 de Enero y Avenida Benito Juárez el 31 de Mayo de 1968, por los licenciados Gustavo Díaz Ordaz y Javier Rojo Gómez, Presidente de la República y Gobernador del Territorio, respectivamente; ahí el 10 de Abril de 1975, después de rendir protesta como Presidente Municipal capitalino, Mariano Angulo Basto en compañía del primer Gobernador Constitucional, Jesús Martínez Ross, acudieron a depositar una ofrenda floral en su honor, municipio que a mucha honra lleva su nombre.
El 24 de Noviembre de 1977, una estatua de gran magnitud fue develada por Jesús Martínez Ross en el mismo lugar, esculpida por Víctor Gutiérrez, imponente imagen del fundador que miraba hacia la ciudad; su hijo José Blanco Peyrefitte, pronunciaría un emotivo discurso ese día.
Finalmente Ciudad Chetumal celebraría sus primeros 100 años de vida, el 1° de Mayo de 1998, los restos de Don Othón P. Blanco que reposaban en paz en el Panteón “Francés” de la Ciudad de México desde el 18 de Octubre de 1959, fueron exhumados para posteriormente ser cremados y entregarle al pueblo quintanarroense sus cenizas; se cambió de posición el monumento, haciéndolo mirar erguido hacia la bahía como un baluarte más de la soberanía nacional en esta ciudad fronteriza, acondicionándose un santuario con un “nicho” en donde el 5 de Mayo de ese mismo año, el Gobernador Constitucional, ingeniero Mario Ernesto Villanueva Madrid, depositó sus cenizas en esa ágora sería nombrada a partir de ese día como “Plaza Centenario”, inscribiéndose también su nombre en letras doradas en el Muro de Honor del Recinto Oficial del Poder Legislativo del Estado.
Quintana Roo mucho le debe a esta ciudad, no es necesario estar recordando que aquí fue donde se luchó por la restitución del territorio en 1931 y nuestra identidad; la capital merece un trato digno y justo acorde a su memoria histórica, tarea que los chetumaleños debemos realizar en primer término, imitando la grandeza de los antiguos; para ello debemos tener siempre presente aquel histórico discurso pronunciado por Don Othón P. Blanco, el 5 de Mayo de 1905 que en parte cito:
… “Habitantes de Payo Obispo y congregaciones vecinas, no olvidéis que sois los fundadores pacíficos de estas tierras; y que a vosotros toca velar por el crecimiento y el lugar que habéis adoptado como vuestro. Dedicad a él una gran parte de nuestras energías para lograr su bienestar. Sabed que los pueblos son ante el mundo lo que los hijos que abriga su seno, quiere que sean…Conservad el sentimiento que hace merecer el lugar en que se vive radicalmente, que él se avivará con el amor de los hijos que nazcan en esta tierra”…
Esta efeméride es de gran importancia para todo Quintana Roo, la fundación de la modesta Payo Obispo hoy Ciudad Chetumal, constituye sin duda el puntal para la conformación de la extensión territorial de lo que es hoy el Estado de Quintana Roo, entre otros aspectos más.
¿Será que así todos los quintanarroenses lo consideren? ¡Festejemos, los 125 años de fundación de la capital, pero también, reflexionemos!